El Barcelona y el Madrid vigilan a Hugo Sotelo

GRADA DE RÍO

Hugo Sotelo, a la derecha, con Damián en un entrenamiento reciente
Hugo Sotelo, a la derecha, con Damián en un entrenamiento reciente

El Celta pretende renovar al mediocentro, una de las perlas emergentes de su filial, tras despertar el interés de grandes clubes que monitorizan su evolución

09 jun 2023 . Actualizado a las 09:15 h.

Hugo Sotelo (Vigo, 2003) juega al fútbol como vive. Con visión periférica, una marcada personalidad, y esa percepción de que lleva horchata mezclada en la sangre. «A veces es tranquilo de más», dicen los suyos. Ese «de más» implica sobre el campo el riesgo que asume en sus decisiones. «El balón no le quema nunca y eso lo hacía diferente», escribió sobre él Claudio Giráldez, el técnico del Celta B, del que Sotelo es una de las grandes sensaciones. El pasado fin de semana, en el play off de ascenso a Segunda División, ante el Eldense en Balaídos, Hugo dejó un primer tiempo de notables quilates futbolísticos.

Su progresión no ha pasado inadvertida. Con 27 partidos en el filial —se perdió un mes por una rotura muscular a principios de año— y un cuarto de hora con el primer equipo ante el Valladolid en Balaídos, el Barcelona ha dado los primeros pasos para trasladar su interés. Es uno de los clubes que tiene monitorizado a Sotelo, al que ve encaje en la fórmula que explota en La Masía. No ha formulado oferta alguna, pero se ha interesado por sus condiciones en Vigo. Desde Valdebebas, el Real Madrid también ha movido ficha para conocer su situación. Oferta en firme, por ahora, tampoco.

Lo monitorizó el Chelsea

Barcelona y Madrid no son los únicos clubes con dimensión continental que han controlado los pasos de Sotelo. El año pasado, el Chelsea, a través de uno de sus ojeadores en España, tomó referencias cuando buscaba un mediocentro para su equipo filial. El cuadro londinense se acabó decidiendo por otra alternativa.

Mirandés y Lega, por la cesión

Varios clubes de Segunda, entre ellos el Mirandés y el Leganés, han mostrado interés por la posible cesión de Hugo, una puerta que por ahora el Celta no ha abierto. En A Madroa, ven a Sotelo como un jugador con proyección para llegar a la élite como ha hecho Gabri Veiga.

Las claves de la renovación: En la procura de un contrato profesional

Hugo Sotelo firmó en mayo del 2021 su último contrato, que expira en junio del 2025, y que sitúa actualmente su cláusula en los 10 millones de euros si mantiene ficha del filial, y en 20 si llega al primer equipo. Ese vínculo le da margen al Celta, que ha trasladado una primera oferta, pero todavía no ha abierto la negociación. La continuidad de Sotelo, que pretende renovar en Vigo, pasa por una propuesta que incluya un contrato profesional, circunstancia que el joven prioriza respecto a otras cuestiones. Sotelo debutó en Primera División hace dos años en el Camp Nou, de la mano de Coudet, coincidiendo con su última renovación, en mayo del 2021, a los 17 años. La pasada campaña, siendo juvenil, se entrenó habitualmente con la primera plantilla.

Su madre rechazó a los Wolves cuando era juvenil

Al hijo de la peluquera, no le entretenían los columpios. Hugo Sotelo todavía no había cumplido los tres años y Fátima, su madre, ya tenía claro en qué actividad apuntarlo. El problema es que no tenía todavía ni la edad para considerarlo biberón. Pero su insistencia encontró premio en el Sárdoma. Hugo correteaba por el campo de As Relfas y Fátima respiraba tranquila.

Pronto percibió que lo que su hijo hacía con la pelota no estaba al alcance de los demás chicos con los que competía. El Celta situó su radar muy pronto en él. En sus últimos meses, el Sárdoma lo dejó sin jugar. «Es una decisión del club», le dijeron entonces a Fátima. Hugo todavía era un benjamín. Se incorporó al Celta con 8 años y la obsesión de su madre eran los estudios.

Hugo Sotelo, con el Sárdoma, cuando era prebenjamín
Hugo Sotelo, con el Sárdoma, cuando era prebenjamín

La progresión de Sotelo llamó pronto la atención de clubes extranjeros. El Wolverhampton, con un ojeador en territorio gallego, y en el que desembarcaron en los últimos años los vigueses Jonny Otto, Erik Bugarín y Hugo Bueno, se lo quiso llevar cuando Sotelo era juvenil de primer año. Su madre dijo que no. Fátima también fue reacia a firmar un contrato profesional cuando su hijo cursaba tercero de la ESO. «Prefiero formar a la persona que al futbolista», mantuvo entonces.

Domar el carácter de Hugo fue uno de los principales cometidos de los técnicos que lo dirigieron en las categorías de base del Celta. Le costaba aceptar la autoridad y retaba con suma facilidad a los preparadores.

«Si me ponen de lateral, me voy»

Precisamente, en su primer año como juvenil, Sotelo vivió uno de los momentos más críticos como celeste. Empezaron a alinearlo como lateral derecho, lo que le generó un profundo rechazo hacia el juego. «Yo no soy lateral», repetía una y otra vez. «Si me ponen de lateral, me da igual marcharme al Areosa o al Val Miñor», le trasladó entonces Sotelo a su círculo más próximo. Prefería ser mediocentro en cualquier otra parte.

Con 16 años, acabó convenciendo a los técnicos de sus posibilidades en el centro del campo, del que ya no se movería. Sotelo fue clave en el Juvenil División de Honor que fue semifinalista de la Copa de Campeones con Claudio Giráldez como técnico.