El Celta pasa de la posesión al fútbol vertical

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

GERARD FRANCO - LOF

Frente al Espanyol, se confirmó la tendencia del equipo de Carlos Carvalhal

20 mar 2023 . Actualizado a las 20:21 h.

El Celta ha pasado de coleccionar pases y posesiones a convertirse en un ejemplo del fútbol vertical. Frente al Espanyol confirmó esa tendencia con dos goles fruto de la nueva hoja de ruta. En ambos, tardó menos de diez segundos entre recuperar el balón y marcar.

En el primer gol, solo tres jugadores estuvieron en contacto con el balón. Fran Beltrán, en la conducción en la banda derecha para asistir a Carles Pérez, que hizo una diagonal desde la derecha a la media luna y con dos toques, y aprovechándose de que Haris Seferovic arrastró a los centrales, asistió a un Gabri Veiga que con un control y un disparo llevó el balón al fondo de las mallas. En total, desde el instante en que Beltrán cruzó el centro del campo hasta que el porriñés ejecutó, pasaron 9.2 segundos.

El tercer gol fue más elaborado. Beltrán recibió el esférico de Hugo Mallo, el centrocampista, con un par de toques, buscó a Franco Cervi en la línea de fondo y el argentino devolvió el esférico hacia dentro para que Carles Pérez, con un control orientado con el pecho, un toque con la zurda y un disparo acabase marcando. Todo, en once segundo de precisión y ejecución.

La jugada que provocó el penalti fue la más corta de todas, porque Gabri Veiga recuperó el balón en tres cuartos del campo contrario y metió la pelota a la espalda de Cabrera, que hace el penalti a Carles Pérez. En este caso, el lance se ejecutó en 5.9 segundos.

Con semejante efectividad, que el Celta solo tuviese un 44,1 % del tiempo el balón se convierte en una cuestión menor. «Yo no quiero el balón, quiero ganar los partidos», dijo Carlos Carvalhal no hace mucho. Una frase que resume su filosofía de juego, una idea que además parece haber cuajado en una plantilla llena de jugadores con calidad pero a la que siempre le había gustado correr. El equipo se siente cómodo con esta idea de juego y los resultados están confirmando que es la ideal.

Además, como el luso introduce matices en todas las contiendas, resulta difícil de contrarrestar para sus adversarios. Al menos, por el momento.