
El Celta B reúne jugadores de calidad, con muchos de ellos jugando juntos desde hace tiempo en las categorías inferiores, y cuenta con un entrenador que gestionó muy bien la marcha del equipo dándoles minutos a todos. Primero, apostó por los más experimentados, y después, fue incorporando a los que procedían del juvenil. Incluso los que se están uniendo del C lo están haciendo bien. Se nota que hay una gran conexión entre los jugadores y el entrenador, lo que ha sido fundamental para que triunfe un modelo de filial que me parece el más adecuado.
El desarrollo de la temporada del Celta B se puede considerar lógico. Con tanta juventud, tuvo que esperar a que fuera madurando, tanto en lo colectivo como en lo individual. Por ejemplo, considero que Hugo Álvarez es un futbolista con una proyección tremenda; Iker Losada estuvo casi fuera y ahora, de repente, vuelve a estar en la cresta, haciendo goles importantes, Lautaro está trabajando mucho y aporta mucho. Luego está la figura de Miguel y también considero importante que bajara a jugar Carlos Domínguez, porque se estaba quedando al no competir en el primer equipo y estos partidos le vienen fenomenal. Están en un gran momento, pero no hay que meter la presión del play off, que no debe ser el objetivo.

Del descenso a la cima en 10 pasos
De la zona de descenso en la jornada 11 a dos puntos del play off de ascenso en la 21. Este es el camino del Celta B, el mejor visitante de toda la Primera Federación con 19 puntos y el equipo más en forma de la categoría después de encadenar cinco triunfos y un empate en las seis últimas jornadas. Todo con un equipo de casa, con la media de edad más baja de toda de la categoría y con un entrenador, Claudio Giráldez, que ha sabido activar y ensamblar a todas las piezas. Pese a la posición, el play off sigue sin ser el objetivo. La formación y la permanencia (tiene el descenso a 10 puntos) continúan por delante en la hoja de ruta.