
El aficionado hubiera cumplido 100 años el próximo verano, poco antes que el club
26 ene 2023 . Actualizado a las 08:20 h.El celtista nacido en 1923 José Castro Barreiro ha fallecido en Vigo en las últimas horas, a unos meses del centenario de su nacimiento. Llevaba a gala haber venido el mundo el mismo año que el club, apenas un mes antes -el 16 de julio-, y haber completado una vida entera como aficionado del club de sus amores, como contaba a La Voz en el 2016. Había dejado de ser abonado en las últimas temporadas por algunas discrepancias en cuanto a la gestión de la entidad -quería que su hija ocupara su asiento en Balaídos al no ir ya él y no se le permitía-, pero el sentimiento estuvo con él hasta el último día. Incluso le gustaba llevar corbata celeste como guiño a su Celta.
Ser socio o no era simplemente algo circunstancial. De hecho, se había gestionado el abono una vez jubilado, tras años embarcado y siguiendo las andanzas del club mediante la radio de su camarote cuando era posible. Su pasión venía de la infancia, de cuando se subía a los árboles para poder ver los partidos de Balaídos desde el exterior. Fue un amor que surgió en él de forma espontánea -no venía de una familia futbolera- y que ya le acompañó siempre.
Su celtismo se lo contagió a su mujer, Elisa, de la que enviudó hace 17 años. Queda su digna heredera, también de nombre Elisa y que es otra gran fanática del club. Su progenitor no sabía ni cómo describir el significado que para él tenía el club: «Cómo te diría lo que es para mí el Celta... ¡No tengo palabras para decirlo! Lo llevo muy dentro de mí desde niño, fue una afición que me entró y se quedó para siempre». Hasta el último día, durante casi 100 años.

93 años de Celta, 93 años de celtismo
93 años son los que cumple hoy el Celta -fecha oficial en la que el club festeja el aniversario- y ese mismo número de velas fue el que sopló el pasado 16 de julio José Castro Barreiro. Socio número 1.005 del club, se abonó al jubilarse, tras años embarcado siguiendo al equipo mediante la radio de su camarote cuando el temporal lo permitía. Pero sus recuerdos celestes empiezan mucho antes. Por algo puede presumir de ser uno de esos celtistas que han sido testigos de la historia del club en su integridad.