La singular boda de Julio José y Áurea: un «sí, quiero» en la sede del Celta y rodeados de moteros

Monica Torres
Mónica Torres VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Ella es una técnica de emergencias de Vigo y él, nativo de la isla de Ons, trabaja de redero en Redondela

05 dic 2022 . Actualizado a las 17:32 h.

La calle del Príncipe estaba repleta de gente: fin de semana, luces de Navidad y compras en los comercios. Un cóctel imbatible por estas fechas. Pero el espectáculo, de repente, era distinto. Ante la sede del Real Club Celta de Vigo, una pareja de novios se estaba dando el «sí, quiero» ante decenas de moteros. Algunos pensaban que se trataba de una película y no, era una boda de lo más auténtica.

Áurea Ámez y Julio José Malvido se casaron en el salón del antiguo Mercantil, hoy sede del Celta, en una ceremonia civil ante familiares y amigos íntimos. Ella es técnica de emergencias, nacida en Vigo y de 33 años. Él nació en la isla de Ons (su madre fue cocinera de la famosa Casa Checho) y trabaja actualmente de redero en Redondela, aunque antes tuvo otras profesiones como la de marinero en las Malvinas. Se concieron de casualidad, hace cerca de cuatro años, en un gimnasio de Bueu.

La pareja, que vive en Vigo, quiso que el 3 de diciembre fuese uno de los días más especiales de su vida, sino el que más. Como Áurea es aficionada a las motos y ha pasado por varias peñas, alrededor de medio centenar de moteros se apuntaron a la cita. Es costumbre hacerlo entre compañeros de las dos ruedas, aunque no vayan de invitados al banquete. El rugir de las motos, pura pasión, llamó la atención de todos cuantos pasaban por la calle del Príncipe por la tarde. «Han venido de Redondela, de O Val Miñor, de O Morrazo...», contaba la novia emocionada. La ceremonia era dentro, pero ver en plena calle a los contrayentes elegantemente vestidos para la ocasión y rodeados de motos hizo que se armase un revuelo de cuidado. Hasta el punto de que cientos de personas se acercaron para ser testigos. 

Luego, se fueron al restaurante Rocamar a celebrarlo. Todo un clásico de este tipo de eventos. El flamante matrimonio pasará la luna de miel en Tailandia. Once días para disfrutar de su nueva condición. ¡Que lo disfruten!