El seleccionador nacional señaló que se sintió muy a gusto en Vigo y recordó con cariño lo vivido en la temporada 2013/2014
19 nov 2022 . Actualizado a las 21:06 h.El seleccionador nacional español, Luis Enrique, ha hecho hoy su segundo directo como streamer, la faceta con la que ha sorprendido en estos días previos al Mundial y que prevé continuar durante la disputa del torneo. El asturiano responde a las preguntas que le plantean los internautas y en esta ocasión ha habido una referencia al Celta.
Un espectador de su directo le transmitió que en Vigo se le recordaba con cariño y le planteó que qué recuerdos tenía él de esa temporada 2013/2014 en la que entrenó al conjunto vigués. «En el Celta pasé uno de mis mejores años como entrenador. Era un reto interesante y tuve mucha suerte de que (Miguel) Torrecilla -entonces director deportivo de la entidad- y la gente del Celta me ficharan y decidieran que fuera su entrenador».
Recordó, además, el desarrollo de aquel curso en el que el conjunto vigués fue de menos a más en la segunda temporada de la actual etapa en Primera. «El inicio de año, hasta diciembre, costó bastante. El equipo estaba en formación», recordó. Además, indicó que Vigo le «encantó». «Es una ciudad maravillosa para vivir. La gente es encantadora, muy agradable». Incluso reveló que hoy mismo recibió un mensaje de una persona del restaurante donde comía en A Madroa, al que aprovechó para mandar un saludo.
En su estreno como streamer, el sábado, también había hecho otra referencia al Celta, en ese caso, a Gabri Veiga. Cuando se le preguntó por las categorías inferiores de la selección española, mencionó a varios jugadores de la sub-21 a los que dijo que siguen desde hace tiempo y entre los nombres que citó estuvo el del porriñés. Tiempo más tarde, se estrenaba el canterano céltico con el equipo de Luis de la Fuente.
Desde el Celta siempre ha habido también palabras de cariño hacia el asturiano. Hace unos días, Carlos Mouriño hablaba de él en México mostrando su desacuerdo con la decisión de no convocar a Iago Aspas, pero dejaba claro que el trato siempre había sido muy bueno. Dejó claro, eso sí, que conociéndole no creía que nunca fuera a reconocer como un error la decisión de haber prescindido del moañés. «Fue un año con él y lo conozco. Tiene un carácter extraordinario en contra de lo que se opina desde fuera. En corto, es muy abierto, alegre, dinámico. Ahora bien, en sus ideas es intoacable».
