Marchesín, de autoinculpado a salvador

x. r. c. VIGO

GRADA DE RÍO

Marchesín.Marchesín
Marchesín RC CELTA

El portero del Celta, que llegó a responsabilizarse de los siete goles recibidos en las dos salidas, se reivindicó con un pleno de paradas ante el Betis

04 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Siete tantos encajados en dos salidas y 13 en los seis disputados habían llenado de dudas el sistema defensivo del Celta. Agustín Marchesín (San Cayetano, Argentina, 1988) llegó a inculparse de los goles, según desveló Ariel Broggi, por eso el arquero y el equipo en su conjunto necesitaban un partido con la portería a cero para recuperar la confianza. Lo consiguieron con una segunda parte antológica del portero que llegó desde Oporto apenas unos días antes de comenzar la liga. Frente al Betis, dio un recital con cuatro grandes paradas que le devuelven todo el crédito.

«Agustín tuvo muy buena actuación. Creo que en los dos partidos anteriores se habló mucho de los goles encajados y desde su posición, de manera injusta. Él es muy autocrítico y nos habían pateado a portería muy poco... Entonces, él se hacía responsable. Creo que merecía una actuación así», comentó el segundo de Eduardo Coudet, persona clave en el fichaje del portero celeste.

El recital de Marchesín comenzó con un disparo centrado de Rodri al que respondió el argentino con una estirada, continuó con una despeje de reflejos tras un cabezazo en plancha de Willian José y tuvo su expresión máxima en un obús de Ruibal que despejó con los puños pese a que su centro de gravedad estaba muy bajo y el tiró salió cerca del larguero.

En la primera mitad, había bloqueado un disparo de Borja Iglesias. En total, hizo cuatro paradas en otros tantos tiros de Betis, entró en 32 ocasiones en contacto con el balón y tuvo un acierto en el pase del 73,7 % (en el segundo tiempo, la presión del Betis le obligó a sacar en largo y casi todos los balones fueron ganados por el rival). En los centros laterales, volvió a demostrar la solvencia que le acompaña desde el primer día que llegó a Vigo.

Su comienzo en el Celta fueron los dos goles postreros del Espanyol, ante el que encajó el primer penalti del curso en el último segundo. Una semana después, llegó el Real Madrid y Modric desnudó al equipo. Ese día quedaron las primeras dudas sobre el portero en el tercer gol, marcado por Vinicius a la contra. Sobre el papel, el argentino debería salir antes.

Su primera portería a cero fue en Girona y la semana siguiente, repitió ante el Cádiz en dos contiendas con poco trabajo, pero con la llegada del Tourmalet, todo cambió. El Atlético le puso a prueba y le endosó cuatro goles. El tercero, lo encajó por su palo y ese día no pudo atajar ninguno de los cuatro disparos que los colchoneros enviaron a portería. En Valencia comenzó a reivindicarse. Encajó tres goles y eso pesa en cualquier análisis, pero sus tres paradas evitaron una goleada mayor en el peor partido colectivo de todo el equipo.

Ahora, los célticos vuelven a dejar la portería a cero con su guardameta como destacado. «Para nosotros, no encajar es clave. Cuando mantenemos la portería a cero, tenemos muchísimas más opciones de ganar», comentó Fran Beltrán. Marchesín, que ayer redondeó la fiesta con su segunda paternidad, tiene mucha culpa de ese cero.

 

La aportación clave de un portero que conoce el oficio

Por Javier Maté

Agustín Marchesín firmó un partido muy interesante. No es fácil para un jugador que llegó la última semana y venía encajando goles afrontar un partido en un momento en el que el equipo necesitaba seguridad y el argentino transmitió la idea de tener controlada en todo momento su portería y también su área. Me pareció una aportación clave para que el Celta sumara tres puntos. Y que conste que el portero siempre ha demostrado cierto empaque y seriedad.

Agustín está demostrando que sus 34 años los ha vivido y, además, con intensidad. Conoce el oficio y en ningún momento dio la impresión de que pudiera acusar el mazazo de los goles ni ha mostrado que le temblara el pulso.

Aunque es cierto que la adaptación es menos importante que en cualquier otra posición de campo, nunca es fácil llegar la última semana que comienza el campeonato y actuar de la manera que lo viene haciendo. Su comportamiento ha sido muy bueno en todos los partidos, aunque ante el Betis, la solvencia y el acierto remarcan más su actuación.

En el fútbol hay quien dice que los porteros no ganan partidos, pero eso es muy discutible. Soy de los que piensan que los guardametas sí que dan puntos y así lo reconocen todos los técnicos, porque los porteros suman, y mucho, por lo que hacen y por lo que aportan en intangibles como confianza, seguridad y lo que transmiten a los demás. Yo creo que dan muchas cosas.

Particularmente, veo a Marchesín con muy buenas manos, le salen rápido, de hecho, el domingo tiene una situación en donde está bastante plegado con el centro del gravedad muy bajo, el disparo de Ruibal sale muy alto y la mano le sale muy bien. Eso es velocidad de brazos.

Por arriba también va bien. Es un jugador que tiene brazos largos, tiene buena talla y mide bien, pero hay que tener en cuenta que en esas salidas cualquiera se puede encontrar un obstáculo que no sería ningún problema para un jugador de campo, pero para el portero es una hecatombe, por eso hay que ser precavidos con este aspecto. Además, ahora mismo, no hay tanto centro lateral como en otros tiempos.

Asimismo, hay que reconocer que ahora todos requerimos del portero para aguantar la primera presión en la salida de balón, este guardameta tiene mucha tranquilidad, diría que más tranquilidad que, probablemente, solvencia pero eso también es mérito.

Del partido del domingo, el Celta tiene que sacar buenas conclusiones, porque si hay dos personas significativas en el Celta actual, son Eduardo Coudet y Iago Aspas y si no cuentas con ellos recibiendo al Betis actual, que es un equipazo con unos hábitos y una dinámica muy buena, el hecho de que se quedan con 10 no resta nada de mérito. Ganarle a un equipo así tiene mucho.