«No hay profesión más bonita, ayudo a los jugadores a cumplir su sueño»

X. R. C. VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Francisco Javier Villaverde , Villa, trabaja con una decena de futbolistas con un perfil en donde manda la faceta personal

26 sep 2022 . Actualizado a las 21:06 h.

Francisco Javier Villaverde (Padrón, 1978) no es un agente al uso. Exjugador del Celta, vio hace casi una década que podría cubrir un espacio en donde la relación personal fuese pieza fundamental con sus representados, a los que elige en función de una serie de filtros. Villa, su nombre en el mundo del fútbol, no trabaja con más de una decena de futbolistas, todos ellos mayores de 16 años. En su nómina están entre otros Kevin Vázquez, Pablo Durán o Stefan Bajcetic. A diferencia de otros, el vigués de adopción trabaja con el objetivo primordial de ayudar a sus «chicos» a cumplir su sueño.

—¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la representación?

—Llevaba un tiempo apartado y una vez visto todo desde fuera de una manera más objetiva, decido que puedo ser útil para aquellos que quieran llegar al mundo profesional. Entiendo que les puedo aportar un valor añadido y ayudarlos. Saqué la licencia y me fui preparando poco a poco. De eso hace nueve años.

—¿Siempre trabajó de un modo independiente?

—Siempre. Lo tuve claro desde el principio, quería hacer algo como muy personal, a mi manera. Lo que es en líneas generales el mundo de la representación no encaja en muchas cosas conmigo y quería hacer algo diferente.

—¿Cuáles son esos matices diferentes?

—Que el trato sea muy personal y, a partir de ahí, tengo unas características. No me planteo trabajar con menores de 16 años, un máximo de 10 futbolistas para que la atención sea de calidad y una característica concreta de jugadores. Creo que no todos los agentes estamos preparados para representar a los mismos futbolistas, porque unos te demandarán una cosa y otros, otra. Hago un seguimiento de cuatro o cinco meses, tengo como un programa interno con un montón de filtros (redes sociales, comportamiento, familia, cómo reacciona tras los partidos) y de verlos entrenar durante meses. Son un montón de matices los que te llevan a decidirte por un chico.

—¿Qué tipo de futbolistas quiere representar?

—Más que futbolistas, a personas que juegan al fútbol, que no es lo mismo. Lo primero que busco es un tema de personalidad, que tengan un perfil concreto, que eso va a ser lo que determine también un recorrido largo juntos. El trabajo comienza en ver lo que seleccionas.

—¿Exactamente su trabajo en qué consiste?

—Creo que hay mucho desconocimiento. Hay un seguimiento durante muchos meses y una planificación, yo no acostumbro a conseguirles un club, sino el club. Cuando llega la época de mercado, no me llama uno y lo cierro, no. Hay un análisis: dónde va ir, con quién va a competir, quién lo quiere firmar (el director deportivo o el entrenador), tiene que haber una apuesta general, en dónde vas a jugar, encajar o no ahí. No creo que sea suerte llevar a Santi Comesaña en su día y que hoy juegue en Primera, no creo que sea suerte llevar a Alende a Valladolid y que hoy lleve en el mundo profesional varios años, no creo que sea suerte llevar a Stefan al Liverpool.

—¿Para usted qué significa ser agente de futbolistas?

—Para mí no existe una profesión más bonita que esta, intentando ayudar a los chicos a cumplir su sueño. Yo disfruto mucho ayudándoles, cogiendo chicos con 16 años y años después los ves que están tres o cuatro categorías por encima. Es un trabajo muy exigente pero muy gratificante y la mayor satisfacción es verlos felices. Estoy en esta profesión porque me apasiona y me parece superbonita.

—¿Cómo es un día a día suyo?

—A las seis de la mañana en pie, una hora de gimnasio y a las ocho y media, en la oficina. Los primeros días de la semana repasas cómo le fue el fin de semana a cada uno de ellos, si hay lesiones les echas una mano en todo lo posible, que en muchos casos es pagarles resonancias, ecografías o tratamientos, porque en algunos clubes, si tienen que hacerte una resonancia, la propia licencia te la paraliza. Asumes unos gastos y ayudas en muchos momentos, por eso digo que hay mucho desconocimiento. Hablas con ellos todas las semanas hacia el final para ver cómo fue la semana y cómo se encuentran y luego unos meses previos vas viendo si hay posibilidades de una mejora. Los jugadores te van demandando y luego influyen muchas cosas. Redactas contrato de 70 folios y tienes que estar al día a nivel de reglamentaciones. Hace poco hice un máster a nivel internacional de derecho en el fútbol, la semana pasada terminé un programa ejecutivo y ahora estoy estudiando varios idiomas.

—¿Cómo resulta a nivel económico?

—Cuando inicias siempre hay unos gastos importantes (resonancias, tratamientos...). A veces hay un gasto que nosotros asumimos como una inversión y luego hay un retorno que, por lo general, no suele ser más de un 10 % de lo que cobra un jugador y depende de las edades, porque FIFA con menores de 18 años no deja tener remuneración ni un cobro de comisión con menores.

—¿Es partidario de que los niños tengan agentes?

—Yo no soy partidario de que un niño de 12 años tenga agente por una sencilla razón: porque creo que hasta los 16 no me puedo sentar con un chico y hablar algo de fútbol y es a la edad en la que ya puedes tener un contrato laboral, con lo cual creo que es importante tener una persona al lado que te asesore, porque puedes hipotecar sus inicios. Creo que a partir de los 17 años puede ser de mucha ayuda, pero antes lo veo innecesario. Antes, los agentes buscábamos jugadores, y ahora hay una tendencia en la que los padres lex están buscando agentes a los niños. Yo creo que hay unas edades en las que se deberían prohibir tener agentes.

—¿Los padres son peores que los hijos?

—Hay de todo, no me gusta generalizar. Es cierto que cuando un padre quiere tomar una decisión sobre el futuro laboral de su hijo, actúa como padre y cuando lo haces así, intervienen muchos factores emocionales y es posible que tomes la decisión sobre este aspecto y no te pares a ver si es lo mejor o lo peor, te dejas llevar por las emociones. Es muy importante que el chico vaya al sitio ideal, no a cualquier sitio. Creo que habría que hacer charlas con los padres y no sé si nacerá en algún momento la figura del agente de padres. A veces quieren intervenir demasiado.

«La selección de mis chicos lleva un denominador común, que es la mentalidad»

Kevin Vázquez, Diego Alende, Pablo Durán y Stefan Bajcetic son algunos de sus representados. Los cuatro tienen un sesgo en común: su determinación para ser futbolistas.

—¿Qué destacaría de Kevin?

—El caso de Kevin es excepcional. Como otros, él no exige ser futbolista, sino que el fútbol los elige a ellos. Por insistencia, por trabajo, por dedicación, por todo. El fútbol les da el premio de ser futbolistas, porque tienen condiciones. La selección de mis chicos lleva un denominación común, que es su mentalidad.

—¿Cómo conoció a Pablo Durán (ahora en el Celta B)?

—Lo vi durante varios meses en O Porriño y voy comprobando que lo que tiene es algo innato a estas edades en metodología, alimentación, es un chico que creo que va a llegar por insistencia. Tiene físico, es joven y decido echarle una mano. Lo más cómodo hubiera sido meterlo en Tercera y yo ya habría cumplido, porque era un paso más, pero creí que estaba capacitado para jugar en Segunda B y fue a Santiago.

—¿Cómo surgió la oportunidad de que Stefan Bajcetic recalase en el Liverpool?

—Para Stefan era una oportunidad única y para mí se presentaba también una oportunidad también única pero tremendamente exigente. Creo que es un chico que con 17 años maduró mucho el año y medio que lleva el Liverpool, tiene una mentalidad estratosférica, es frío, no sé si por los genes serbios del padre. Asimila todo con normalidad. Desde el primer día que me llamaron para llevarse a Stefan, hablé y me senté con el Celta, les dije que me iban a llamar equipos ingleses y que queríamos valorar la opción. Cuando entró uno de ellos, avisé al Celta y miramos la posibilidad de que fueran lo menos dañados posible porque habían hecho una formación y el Celta accede a la operación y a que todo el mundo saliera beneficiado. Creo que hice las cosas como estoy acostumbrado a hacerlo.

—¿Qué le parece el método Campos?

—En todo hay una evolución y en ella comenzarán a aparecer nuevas figuras. Al trabajar con varios clubes, capta un mercado muy amplio. Entiendo que tiene que haber una confianza absoluta con el club y en este caso, no tengo duda de que hay conexión entre ellos y que se va a hacer todo lo posible para que el club pueda crecer. Creo que es una persona muy capacitada y tener cerca a los mejores te vale para crecer y aprender.