Gabri, jugador número 13

ÁLEX GESTO VIGO

GRADA DE RÍO

RC CELTA

El medio porriñés se ha convertido en este arranque liguero en uno de los hombres de confianza de Coudet en el banquillo

30 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta ha generado dudas en su arranque liguero pese al buen sabor de boca dejado por el triunfo olívico en Montilivi. Recién inició una campaña llena de interrogantes. Con un nuevo dibujo, una plantilla diferente e incluso sin poner cara todavía a algún refuerzo de última hora. Uno de los enigmas que se resuelve es el que había sobre la figura de Gabri Veiga.

El canterano parece haber saciado las exigencias de Eduardo Coudet a través de su trabajo y su rendimiento. A lo largo del pasado curso mostró su superioridad y su talento en la Primera RFEF, ayudando a que el filial compitiese en la zona alta de la categoría de bronce. Actualmente, su fútbol tiene credenciales de Primera División. Así lo está mostrando el Chacho a través de sus decisiones.

Gabri Veiga ha sumado participaciones de forma ininterrumpida en partidos oficiales del primer equipo desde el mes de mayo. A comienzos de ese mes, volvía a competir en Primera frente al Granada en Los Cármenes (J34). Aunque el contexto no siempre ha sido el mismo, en todos los encuentros posteriores el porriñés vio su dorsal en el cartelón y jugó con los mayores. Una casuística inédita respecto a los jugadores salidos del filial desde que Coudet asumió el cargo. Todo ello —en principio— resulta una prueba de la confianza que el argentino tiene en él y de su perspectiva respecto a lo que puede aportar dentro de sus planes. Máxime, al considerar que futbolistas fichados este mismo verano como Luca de la Torre (8’), Óscar Mingueza (8’) o Williot Swedberg —aún por debutar— han disputado menos minutos que él (47’) en lo que va de liga.

Dentro de la evolución del dibujo, que ha virado hacia el 4-3-3 en estas jornadas iniciales, Gabri Veiga es un recurso que encaja con coherencia y que ha mostrado maneras cuando ha salido. Como interior en Montilivi pudimos ver al gallego ofrecer un nexo útil para avanzar con espacios y tener la posesión durante el final del partido. Sus cualidades físicas y condicionales encajan con las consignas básicas del técnico. Tanto en ese encuentro como en otros, Veiga es un futbolista que suma esfuerzo valioso para la defensa. Con potencia y recorrido para presionar, equilibrar y ayudar en diferentes momentos o contextos de partido. En el ataque aprovecha esas virtudes para animarse con la conducción, dividir a rivales y hacer que la posesión avance a través de su conducción.

Debe madurar sobre el campo aspectos de su rol y su forma de participar en el juego, pero ya está en el camino. Con esfuerzo y registros positivos para el equipo, Gabri está logrando elevar su posición de promesa a la de recurso y convertirse en un futbolista cada vez más ilusionante —si cabe— para el Celta. Dorsal número veintiocho, pero jugador número trece. Y no es cuestión de fortuna.