La difícil tarea de encajar a Óscar Rodríguez

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

Coudet lo reubicó en la banda izquierda pero el talaverano sigue ausente

21 ago 2022 . Actualizado a las 00:58 h.

Coudet es de ideas fijas y aún así, a veces, pocas, consiente cambiarlas. Encajar a Óscar Rodríguez en este equipo está siendo, para él, una odisea. Su primer tiempo se resume en un golpeo de falta. Poco aplicado en las ayudas. Inédito en una maraña ofensiva en la que Cervi, desplazado esta vez a la diestra, se ofreció una y otra vez en la vía central para acompasarse con Aspas, que bajaba y subía, giraba, se escoraba y volvía a centrarse. A Óscar lo sobrevoló Galán, pero fue incapaz de asociarse con él una sola vez. Óscar pululó por el partido con su guante aguardando algún balón parado. Como vértice del rombo le faltan prestaciones. Al costado, tampoco se encontró. Óscar está acostumbrado a rondar esa medialuna que el área dibuja en la frontal. Allí donde la portería se ve clara. Pero ese territorio, de existir en la pizarra de Coudet, lleva otro nombre.

Al primer tiempo del Celta solo hay que reprocharle que, pese al desgaste y las ráfagas de buen fútbol, lo machacase Modric con un paseíllo torero por la frontal. Luka se marchó ovacionado por Balaídos, honesto y elegante pese a la impotencia que conlleva ver la fiesta derivada en funeral.

Coudet salió con su sello, el de esa presión alta e irrefrenable que da personalidad a este Celta. Beltrán dio 42 pases en el primer tiempo y estuvo certero en los 42. Tapia se escondió detrás pasando la escoba. Coudet estiró a Galán y a Mallo, obsesionados con la línea de fondo. Hugo participó más, embalado en una autopista en la que le aguardó a la espalda Vinicius en la cabina de peaje. El Celta mereció otra suerte al descanso, pero se quedó sin plan cuando el Madrid, un depredador a la hora de liquidar los partidos aprovechando las costuras, empezó a cobrarse la fatiga. A Coudet lo que tiene en el banquillo no parece serle útil para intervenir en los partidos a tiempo. Su plan se sostuvo solo el primero. Luego se fue diluyendo, palmo a palmo, hasta la lona. Carles no es relevo para Paciencia, pero eso quizá se lo achaque a la demanda que mantiene sobre la mesa de Campos.