La llegada de Paciência no cierra el mercado para el frente ofensivo

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

MATTHEW CHILDS

Asuntos burocráticos retrasan hasta hoy la firma del contrato del portugués

06 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Gonçalo Paciência está en Vigo y el acuerdo de su fichaje, completamente cerrado, pero no será oficial hasta hoy porque en la jornada de ayer no se cerró toda la documentación con el Eintracht Fráncfort. El portugués se convierte en el primer fichaje para el escuálido frente de ataque del Celta, pero está por ver si es el único, ya que en estos momentos, Iago Aspas es el delantero del primer equipo vigués. Todo indica que si es posible, el conjunto celeste buscará otro jugador para el frente ofensivo. La resolución dependerá en gran medida el rol que tenga Carles Pérez (cuando llegue) y de la disponibilidad económica en la recta final de la ventana estival.

El portugués responde al perfil de delantero corpulento (mide 184 centímetros) y es un delantero de referencia con un perfil parecido al que jugaba Thiago Galhardo la pasada temporada. El brasileño solo fue titular en la recta final del curso pasado cuando la sentencia condenatoria de Santi Mina se hizo pública.

Paciência llega a Vigo cumpliendo uno de los perfiles de los jugadores fichados este verano: futbolista con cartel y con poco protagonismo. El curso pasado disputó medio millar de minutos en liga repartidos en 18 partidos de los que solo fue titular en cuatro. Un año antes había descendido con el Shalke 04 a Segunda. Pendiente de confirmación, todo apunta que firmará por tres temporadas, el tiempo mínimo de los contratos de la era Luís Campos hasta el momento. Paciência es una apuesta del flamante asesor deportivo externo celeste.

Gonçalo, de 28 años, ha sido internacional en dos ocasiones con la absoluta portuguesa y le marcó su único gol con la elástica granate a Argentina, su país más admirado a nivel balompédico. De hecho, el ciudadano de Oporto se declara hincha de Boca Juniors. Todo, porque desde pequeño tuvo acceso al fútbol argentino de la mano de su padre, Domingos Paciência, entrenador con pasado en el fútbol español.

Su envergadura le convierte en un futbolista importante para el fútbol aéreo, siempre un déficit a corregir en el Celta y, al mismo tiempo, es un futbolista que puede fijar a los centrales.