Dituro mostró su cara más endeble en el Camp Nou

GRADA DE RÍO

GERARD FRANCO - LOF

El once celeste encajó gol en los dos primeros disparos de los delanteros culés

11 may 2022 . Actualizado a las 18:31 h.

Héroe o villano. Para Matías Dituro no hay término medio este curso, bajo los palos de la portería del Celta. El arquero argentino ha sido salvador en más de una oportunidad para la escuadra entrenada por Coudet y, al mismo tiempo, se ha vuelto transparente en otras tantas, como sucedió en el Camp Nou, al encajar gol en las dos primeras intentonas de los barcelonistas.

Las estadísticas avalan una y otra vertiente en las prestaciones del meta celeste, que llegó al 50 % de eficacia cuando detuvo ante el Real Madrid —en pleno prime time europeo— su cuarto penalti de la temporada. Por contra, Opta Sports, una compañía británica de análisis deportivo y especializada en generar datos para 30 deportes en 70 países, también llamó la atención sobre los costosos errores del portero de Santa Fe, al que igualaban con Danijel Petkovic, del Angers, a la hora de acumular fallos que se habían convertido en gol contra sus respectivos oponentes.

La responsabilidad directa de Dituro en los tanteadores adversos data de la primera vuelta, cuando llegó el Villarreal a Balaídos. En aquel lance no acertó a atrapar un balón blando que terminó por dejar a los pies de Dani Parejo, quien cedió a Alberto Moreno para que anotara sin obstáculos. Fue un partido saldado con 1-1.

Otras acciones erráticas de Matías se acumularon en la visita al Alavés, cuando falló al querer despejar un balón colgado, o en Balaídos, contra el Valencia, cuando se durmió en la salida de un balón que terminó por controlar Hugo Duro para marcar. Una jugada similar a la que le costó otra derrota en Cornellá ante un rival españolista necesitado de puntos.

En el santuario culé, es poco probable que Opta le compute errores a Dituro en los dos primeros goles, pero lo cierto es que el Celta estaba controlando mejor el partido y, sobre todo, administraba mejor el esférico. Esa imagen se evaporó a la media hora, con el gol de Memphis Depay, un golpeo mordido que le salió hacia el centro de la portería, donde el guardameta fue demasiado permeable.

Era el primer desborde de un Ousman Dembélé al que Xavi Hernández quiere convertir en astro pegándolo a la banda para que desequilibre. Ante un Javi Galán al que apuntaban los focos barcelonistas —por los rumores del interés en su fichaje—, el irregular futbolista galo apenas estaba rascando bola, pero inventó un caño y un centro preciso al corazón del área, para abrir la lata. A partir de ahí, le tocó sufrir bastante más al lateral extremeño.

La siguiente incursión en el área céltica llegó por el otro lado. En este caso, Néstor Araujo no estuvo fino para rechazar un servicio de Memphis que remató Aubameyang en semifallo, sin que el meta reaccionara a tiempo. Otro chut en el que dio la impresión de que podía hacer algo más, a diferencia del tercero, otra vez del ariete, que dormía el partido. Esa inconsistencia en portería —y en general en la zaga— tumbó al Celta en la ciudad condal. Una historia de luces y sombras reiterada toda la campaña.