37 años de espera para ver al Celta en Balaídos por primera vez

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA

Carlos Navas, que se dedica profesionalmente al fútbol, se aficionó al club vigués en su infancia y hasta ahora solo lo había visto en directo a domicilio

06 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Navas es catalán, procedente de una familia andaluza emigrante. Apasionado del fútbol, deporte al que se dedica de manera profesional, se aficionó al Celta en su infancia y, tras años de espera, será este sábado cuando por primera vez vea al equipo en directo en Balaídos. Sí lo ha hecho en campos que le pillan más cerca, caso de Camp Nou, Montjuic, Cornella, Girona, Tarragona, Terrassa en la época de Segunda o Andorra en Copa, según él mismo enumera.

Residente en la localidad de Rubí, cerca de Barcelona, de muy niño le tiraba el Madrid por influencia de su padre. «De pequeño, lo normal hagas lo que ves, pero con 10 u 11 años, yo veía todos los goles en Estudio Estadio cuando los programas de resúmenes eran decentes, eran puro fútbol», recuerda. Ahí se empezó a interesar por los resúmenes de los más modestos. «Me empecé a enamorar de ese estadio, ese color celeste y ese escudo tan diferente al resto… Y comencé a seguir al equipo», relata.

En aquella época había una tienda en Barcelona con camisetas de todos los equipos de Primera de siempre y allí se compró su primera celeste, que aún conserva. «Más adelante, estuve un verano con la familia en Vigo por vacaciones y pudimos visitar el estadio por fuera. Allí me encontré a Lotina, que en ese momento era nuestro entrenador, me firmó un autógrafo y me hice una foto con él», señala. Pero él ya era celtista desde hacía más tiempo. «Me hice aficionado de aquel Celta ascensor. Sería luego cuando llegaría la edad dorada y aquello fue espectacular vivirlo, algo que hizo saber definitivamente que era celtista», subraya.

Siendo ya adulto, su trabajo de director deportivo -actualmente trabaja en el CFU Mira-sol Baco- le llevó a contactar con el club para hacer un viaje y conocer cómo se trabajaban en A Madroa, a lo que le respondieron afirmativamente. «Viajamos cinco personas del club y estuvimos en Balaídos de visita: estadio y museo. También en A Madroa entrenando con un equipo alevín y conociendo las instalaciones», explica. Se quedaron sin partido del primer equipo, eso sí: «El Celta jugaba en casa esa semana, pero a última hora cambiaron el partido al lunes y nos dejaron sin poder verlo», lamenta. A cambio, el club les regaló invitaciones para ver un Celta-Universidad Las Palmas en Barreiro.

Desde entonces, aún en la época de Toni Otero al frente de la cantera, lleva Navas esperando poder volver a Vigo y saldar la cuenta pendiente del partido en Balaídos. Se lo ha impedido hasta ahora «la dificultad de los horarios que salen tarde y el miedo a los cambios de última hora», sin olvidar que sus fines de semana también son complicados, «con muchos partidos» y no siempre puede escaparse.

Un mes atrás, su padre le dijo que le regalaba por su cumpleaños, el 25 de abril, una entrada para Balaídos, con el correspondiente viaje, que mirara horarios. El partido frente al Alavés de este sábado fue el escogido. «Coincidía bien. Viajo el sábado y vuelvo el domingo en el primer vuelo, así llego a mi partido de aquí, a las 12.00 del domingo», cuenta. La sorpresa logró emocionarle, confiesa. «Llevo muchos años esperando esto», expresa.

Carlos no oculta su envidia de los celtistas que pueden acudir a cada partido de Balaídos. «Cuando leo en Twitter quejas del abonado, siempre digo que qué suerte de poder quejarse. El fútbol en directo es único y los que no podemos hacerlo de manera habitual con nuestro equipo es algo que siempre llevamos dentro para explotar», asegura. Está acostumbrado a la pregunta de por qué es del Celta, si es gallego: «Muchos creen que me hice del Celta en la época dorada por el EuroCelta y no, eso llegó después», aclara. Presume de seguir al club desde que estaba siempre al borde del precipicio.

Ahora le gusta interactuar por Twitter con otros celtistas e incluso pidió consejo a la hora de elegir grada. «Quería una zona del campo animada», detalla. El partido en sí, comenta, «era lo de menos», aunque confía en que el ambiente sea bueno. «Creo que ganando como juega Granada al mediodía, podemos salvarnos matemáticamente, así que algo de ambiente habrá».