Finalmente, Santi Mina, quien no actuó con violencia o intimidación, ha sido condenado a cuatro años de cárcel por abuso sexual, medida de libertad vigilada por período de cinco años, alejamiento a menos de 500 metros durante 12 años, además de una indemnización a la víctima de 50.000 euros. El Celta, club al que pertenece el jugador, ha apartado al futbolista «de manera cautelar» de los entrenamientos con el primer equipo además de la apertura de un expediente disciplinario, tal y como ha confirmado el club en un comunicado.
La defensa del jugador ya ha reconocido que recurrirá la sentencia al considerar que no se encuentra «ajustada a derecho». «Considerando la misma no ajustada a derecho y con importantes errores en la valoración de las pruebas practicadas y por tanto de los hechos acaecidos, (la representación letrada de Mina) procederá a interponer el correspondiente recurso de apelación en los próximos días», ha manifestado en un comunicado remitido a Efe.