El céltico admite que le «encantaría jugar más», pero acepta que es decisión del entrenador y trabaja cada día para recuperar protagonismo
23 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El futbolista del Celta Renato Tapia mantuvo esta semana una charla con Jaime Ferraro a través de su canal de YouTube en la que abordó el momento que vive en el Celta. Se refirió a la polémica por el hecho de que esté jugando más con su selección que con el club vigués, un asunto al que se refirió Eduardo Coudet en una rueda de prensa en la que dijo que parecían un taller que preparaba al jugador para que fuera a jugar con el conjunto de Ricardo Gareca.
Tapia manifiesta que le hace daño que esta idea haya calado. «Me duele muchísimo que haya gente que diga que vengo al Celta para ponerme bien para ir a la selección cuando no es así. No lo decían la temporada pasada, cuando jugué 32 partidos en menos de un año y también iba con la selección. Ahí no lo dijeron», señala. Añade que estos comentarios llegan cuando Coudet ha decidido no ponerle o «ha visto otras necesidades en el equipo», dejando claro que no está «en su mano» jugar. «No puedo decirle: ‘Ponme'. Y si la selección me llama, mi primera respuesta va a ser sí», subraya.
El centrocampista incide en que es el entrenador quien le deja en el banquillo, algo que asume tratando de aportar desde donde toque. «No es que no juego porque no quiero, sino porque no me ponen. Hay que ser consecuentes con lo que se ve y lo que dicen. No puedo gustar a todo el mundo, pero siempre doy el 100 % y mucha gente lo sabe», dice. Reconoce que si hay algo que le molesta es que se ponga en duda su profesionalidad. «Me puedes decir que soy mala persona, lo que quieras. Pero he llegado al coraje de ponerme a llorar si me dicen que soy mal profesional o que me tomo mi chamba -trabajo- a la joda. Es lo que más me puede doler».
Además, sin entrar en detalles, Tapia se refiere a cuestiones personales que pueden haber influido en su rendimiento. «Hay cosas que han pasado fuera, que no tengo por qué decirlas, porque es mi vida. Y, sin embargo, sigo aquí, tratando de dar lo mejor de mí para ayudar al equipo donde me toque: dentro, fuera, en la tribuna, donde sea», indica. Es «obvio» que le «encantaría jugar más», pero trata de llevarlo e la mejor manera. «Intento trabajar al máximo, llegar bien a los fines de semana que se juegan partidos», recalca.
También explica que es un futbolista que disfruta e el día a día, que le gusta lo que hace más allá de los partidos. «Me gusta entrenar, siempre voy con buen ánimo. Es normal algún día estar cansado, con cara de muerto y que te salga un mal entreno. Pero me divierto, trato de socializar con las personas, estar con todos, compañeros y comando técnico», afirma. No oculta que a veces es complicado entrar a los partidos desde el banquillo y coger el ritmo.
El peruano admite que ha habido quien ha preguntado a su representante si quiere seguir en el Celta. «Tengo contrato hasta el 2024 y estoy muy tranquilo y contento aquí. Sigo trabajando para evolucionar cada día», expresa. Para él es importante lo a gusto que se siente su familia. «Ya van a ser dos años. Nos hemos sentido muy bien en todos los sentidos. Fue un cambio drástico desde Holanda: aquí se siente mucho más el tener más horas de sol, la comida, la gente, estamos cerca de la playa... La pasamos muy bien». En otro momento menciona que lo pasó mal con el covid.
