Ya con más aficionados ocupando sus butacas, otro momento clave parecía ser cuando se recordaran las alineaciones y los banquillos de los dos equipos. En el instante en que llegó el turno del 22, su imagen salió en videomarcadores y el speaker dijo su nombre, tampoco hubo ninguna respuesta atípica más allá de los aplausos para todos y quizás algún tímido silbido que en absoluto llamó la atención y que, de darse, fue de forma completamente aislada.
La cosa pudo haber quedado ahí, pero iba a haber una oportunidad más de medir cómo respira la afición del Celta respecto al caso Mina. Porque si Coudet ya sorprendió convocándole, pronto dejó claras sus intenciones de darle minutos al ser el primero en ponerse a calentar junto con Franco Cervi. Todo, con el guion de un partido sin los antecedentes que para Mina tenía este.