Confirmaron que a su llegada, los acusados estaban vestidos y no pusieron «ninguna oposición» a que se fuera, añadiendo que ella estaba «nerviosa» y que todos estaban «cansados». El último de ellos apuntó que los hombres se mostraron «colaboradores» y que Goldar mostraba «más tranquilidad» que Mina.
El detective privado expuso cómo llevó a cabo la investigación de la víctima en julio y octubre de 2019, con un «seguimiento a la mayor distancia posible», excepto cuando otra detective se hizo pasar por una persona interesada en alquilar un piso para conversar con la denunciante durante «un minuto» de forma «muy cordial». Todo ello con el objetivo, sostuvo, de comprobar si parte de lo expuesto en un informe psicológico —como si salía con amigos, si tenía pareja, cambios en su forma de vestir, etc.—, se ajustaba a la realidad. Declaró que tenía un «comportamiento normal» y no vio «nada anormal», reconociendo que no tiene conocimientos concretos de psicología o medicina.