El Celta reserva los fichajes para el centenario ante el disgusto de Coudet

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

La diferencia de criterio en el mercado invernal distanció al técnico de la directiva

03 feb 2022 . Actualizado a las 09:36 h.

El mercado no había hecho más que levantar la persiana y Coudet ya ponía la venda a la par que la herida. «Me encantaría tener dos o tres refuerzos, pero no lo creo. No soy muy optimista, soy realista». El Celta esperaba ya a Orbelín Pineda —viajó a Vigo en la madrugada de Reyes—, tras una operación forjada al margen del deseo expreso del técnico, por considerarla el club una oportunidad de mercado similar a la que en su día ejecutó por Tapia. A Coudet no le entusiasmó. En banda izquierda cuenta ya con Cervi y Nolito. «La posición ideal de Orbelín es atrás de un punta, es donde lo vemos», matizó. En el esquema con el que trabaja Coudet, no caben los mediapuntas.

El Chacho había pedido reforzar otras posiciones, especialmente la de delantero. «Seguramente en un par de posiciones estamos más necesitados, pero hoy no está a nuestro alcance». Con un esquema en el que parten habitualmente dos futbolistas en punta —Aspas y Santi Mina— Coudet insistió en que esa posición, en la que solo ha contado con Galhardo, no estaba doblada.

El club tenía previsto presentarse en el mercado con un perfil bajo y la eliminación de la Copa del Rey, con el equipo ubicado en la zona templada en Liga, supuso el golpe de efecto definitivo. «Pregunté, consulté y no vamos a tener movimiento», se resignó Coudet a mitad de mercado. En el Celta la decisión estaba tomada. Veían los mimbres para lograr la permanencia sin apuros, complicadas las opciones de llegar a Europa, y las experiencias en los mercados invernales de los últimos años no les habían dejado satisfechos. La apuesta fue guardar la inversión para la próxima temporada. El club quiere un proyecto deportivo ambicioso para el año de su centenario.

La primera negativa

La diferencia de criterio respecto al mercado distanció al técnico de los gestores. Coudet se vio, por primera vez desde su llegada, con un «no» por respuesta en la parcela deportiva. El club le había entregado una inédita potestad hasta la fecha en el diseño del plantel. En el pasado mercado invernal incorporó a Augusto Solari y a Facundo Ferreyra. En verano, a Dituro —accediendo a una pretensión, la de fichar a un portero, denegada a sus predecesores—, Franco Cervi, Javi Galán y a Thiago Galhardo.

Basta con establecer la comparación con la temporada anterior para vislumbrar la apuesta decidida del club por Coudet. Los refuerzos de verano para Óscar García fueron Tapia y Vadillo —que salió rebotado al Espanyol, sin llegar a debutar con la celeste— por los que el club no pagó traspaso alguno, y el joven Miguel Baeza, cedido actualmente en la Ponferradina.

Cierre de filas con el técnico

Aunque algunas voces apuntaron a una posible fractura, la intención del club y del técnico —renovado hasta el 2024— es ir de la mano en el diseño del proyecto del centenario, sobre el que hay puestas muchas expectativas. El Chacho tiene el aval de los pesos pesados del vestuario, que también le han mostrado su respaldo en público. Ha sabido gestionar el conflicto abierto por Carlos Mouriño con Denis Suárez, que se comprometió personalmente con él a no abandonar la nave a mitad de temporada. El futbolista publicó tras el último compromiso liguero una imagen cariñosa junto al técnico con un mensaje: «Confianza».

Preguntado por su renovación, —acaba contrato en el 2023— el capitán Hugo Mallo relacionó hace días su continuidad con la de Coudet. «Si el Chacho se queda, firmaría de por vida porque soy feliz por la idea que él tiene». El condicional le obligó a volver sobre sus palabras. En el club no manejan otro escenario que ese.

Felipe Miñambres, más lejos de continuar en Vigo

En el entorno de la dirección ejecutiva del club se da por hecho que Felipe Miñambres y el Celta separarán sus caminos en junio. En el del director deportivo, también. En el club consideran que su ciclo estaría completado. Los próximos al astorgano mantienen que él también agradecería un cambio de aires tras seis temporadas en el club.

La última renovación de Miñambres ya estuvo cargada de suspense el pasado verano. Carlos Mouriño, preguntado a principios de mayo por la finalización del contrato, eludió respaldar su continuidad. «Tiene contrato hasta esa fecha y, a partir de ahí, analizaremos con mucho detalle todas las consecuencias que pueden tener unas decisiones u otras». Miñambres y el Celta acordaron mantener su vínculo un año más, sin que ninguna de las partes estuviera completamente convencida. En el club consideran que su principal déficit ha sido la elección de los entrenadores.

Si se consuma la marcha del maragato, el Celta busca un director deportivo de perfil bajo, sin grandes pretensiones económicas y que encaje en su particular forma de gestionar el área. Entre los próximos a Alfredo Merino, —hombre fuerte de Ramón Martínez en su etapa en el Real Madrid— contratado el pasado verano como director de captación, hay quien lo sitúa en la terna. En el club no hay ninguna decisión tomada.

El peso ejecutivo y de Coudet

La influencia de la ejecutiva en las decisiones deportivas estos últimos años ha sido notable, especialmente en el verano del 2019, cuando el director general, Antonio Chaves, asumió la negociación de la operación retorno de los canteranos —Santi Mina, Denis Suárez, Rafinha y Pape Cheikh— al margen de las peticiones que Miñambres recibió del entonces técnico Fran Escribá. «La apuesta por la cantera es muy bonita, pero nos limita», diría luego el preparador, cesado tras el titubeante inicio liguero.

El paso de Óscar García dejó muchas heridas abiertas por las diferencias con la dirección general y deportiva. La llegada de Coudet tampoco supuso un aliciente para Miñambres, ya que el club cedió al técnico un gran peso y la práctica totalidad de las incorporaciones han llegado de su mano. La pérdida de relevancia —unida a la rebaja salarial en la última negociación— ha provocado que Miñambres, artífice de la llegada de Javi Galán, estudie otras propuestas. Nadie descarta por completo un giro de guión a última hora, pero las dos partes lo consideran difícil.