
El excéltico solo salió un año de Osasuna, club del que es capitán, para vivir de celeste el ascenso a Primera
18 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Oier Sanjurjo Maté (Estella-Lizarra, 1986) se ha convertido en el símbolo de Osasuna. Su club de toda la vida salvo la temporada que estuvo cedido en Vigo ((2011/2012) para ser parte importante del ascenso del Celta. El navarro asegura que son los dos equipos que lleva en el corazón y que nunca olvidará lo que le dieron en Vigo y lo que supuso para él a nivel profesional. Mañana regresa a Balaídos para reencontrarse con su pasado.
—¿Está contento de cómo le van las cosas a nivel personal?
—Yo estoy muy contento. Un año más aguantando mecha, que se dice pronto. Este año es el último que me queda de contrato y sí que es cierto que el protagonismo se ha visto reducido, algo lógico y normal, no echo balones fuera. Somos una plantilla larga, la gente joven viene pegando fuerte y eso es bueno, natural e imprescindible para este club. Estoy muy cómodo y muy agradecido a Osasuna.
—¿Piensa seguir un año más?
—Yo le doy muy importancia a la disponibilidad y hoy todavía es el día en el que no me he perdido un entrenamiento o un partido, voy a seguir tocando madera. De aquí a mayo, cuando termine la competición, ojalá pueda decir con orgullo y bien alto que en todo momento he estado disponible para el míster. Sé que es algo muy difícil, pero es mi objetivo principal ahora mismo.
—De acabar en Osasuna, solo habría pasado por dos clubes en toda su vida.
—Correcto. A día de hoy, Osasuna y Celta son los dos equipos que llevo en el corazón porque no he tenido otros, pero, aparte, porque lo siento de verdad. Osasuna, obviamente, me lo ha dado todo, y lo que me dieron Vigo y el Celta aquel año no lo voy a olvidar nunca.
—Ahora, con la perspectiva del tiempo, ¿qué significó aquel año en el Celta a nivel personal y deportivo?
—Un cambio necesario en mi vida profesional futbolística. Yo salí a buscar oportunidades fuera de casa y Vigo y el Celta como club me abrieron los brazos y esas cosas no se olvidan, se quedan grabadas. Yo intenté corresponder con todo lo que tenía y salió muy bien. Ese cariño y esa conexión va a perdurar para siempre.
—¿Cada vez que se enfrenta al Celta le viene algún recuerdo a la cabeza de su época en Vigo?
—Sigo teniendo la gran suerte de mantener amistades que hice en Vigo y cada vez que piso la ciudad, me vienen recuerdos de momentos que viví con mis compañeros de aquella plantilla. Los que quedan ahora son Iago, Hugo Mallo, Kevin y Rubén; son poquitos, pero un buen reducto de jugadores. Es importante que el club siga manteniendo futbolistas de casa.
—Cuando era compañero de Aspas, ¿ya apuntaba a lo que luego fue?
—Ya apuntó maneras aquel año del ascenso anotando 23 goles que ayudaron al equipo a conseguir el objetivo y después ha mejorado su marca. Ha sido una verdadera referencia y una delicia verle jugar en Primera.
—En el Celta jugó de lateral derecho y de central, ¿volvió a la banda después en Osasuna?
—Volví a jugar, pero uno cuando va avanzando de edad se suele tirar más hacia el centro, porque la velocidad empieza a disminuir para todos menos para Alves.
—Ahora es más mediocentro.
—Sí, algo de central en Copa, pero ahí, en el centro, encuentro mi acomodo ahora.
—¿Cómo vivieron aquel encuentro con otro excéltico como Unzué?
—Fue una verdadera lección. Un hombre que sabe lo que es el fútbol desde dentro, desde el verde, desde la posición de entrenador. Fue un verdadero privilegio poder escuchar sus palabras en la situación en la que las comentó. Lo hace grande.
«Han recuperado solidez y arriba son artistas»
Oier ve al Celta de la presente temporada como un equipo en remontada, que recuperó la solidez defensiva y que arriba cuenta con un potencial temible.
—¿Cómo calificaría al Celta?
—Veo un equipo que al principio quizás comenzó con ciertas dudas, pero que ahora ha vuelto a coger el hilo de lo que es. Su esencia es de equipo que trata muy bien el balón, ha recuperado la solidez y el equilibrio defensivo que necesitaba y arriba son artistas. Son creadores, generan peligro y en eso son temibles.
—¿Cómo ve el partido?
—Desde el punto de vista de Osasuna, veo una prueba dura y complicada. Históricamente, en las visitas a Balaídos a nivel de bagaje de puntos no hemos salido muy favorecidos y sabemos que es complicado sumar. Creo que debemos estar muy concentrados y hacer mucho hincapié en las vigilancias ofensivas a todos estos jugadores que suele dejar descolgados el Celta, que son peligrosos si recuperan el balón, y ahí va a estar la clave del partido.
—Tal y como están en la tabla, ¿miran hacia abajo o hacia arriba?
—Miramos hacia arriba, no tanto en la clasificación como en el sentido de seguir mejorando las sensaciones. Ir mejorando las prestaciones del equipo en sí para ir cogiendo el mejor nivel que podamos tener.
—¿Qué tal valora la temporada de Osasuna?
—La última victoria en casa contra el Cádiz sirvió para cortar una racha que empezaba a ser preocupante. En el primer tramo de la competición, fuimos el equipo revelación, porque conseguimos una serie de puntos que nos llevaron a ser colíderes en la décima jornada y eso dice mucho del buen inicio del equipo, pero luego estuvimos diez partidos sin ganar. Llevamos un poco de todo.
—Hubo un momento en el que eran el equipo más temible fuera.
—Arrancamos la temporada y los cuatro primeros partidos fuera los solventamos, nos traíamos los tres puntos a Pamplona. Pero, por contra, los partidos que nos tocaba jugar en El Sadar no éramos capaces de conseguir los tres puntos. Fue un poco la vida al revés. Creo que nos pudo la precipitación de no gestionar bien las emociones en nuestro campo.
—En ese sentido, tienen cierta similitud con el Celta.
—Es algo fuera de lo normal, porque somos dos equipos que históricamente en nuestro campo somos fuertes, que nuestros objetivos pasan por hacernos fuertes en nuestro feudo y conseguir el mayor número de puntos del objetivo en casa, y esta vez había sido al revés, algo difícil de explicar pero que a veces sucede.