El guardameta destaca la importancia que le da el equipo a la Copa
15 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Rubén Blanco fue clave en el partido de ayer del Celta en el Estadi Nacional de Andorra. Era su segunda titularidad, ambas en Copa desde que se ha convertido en suplente de Dituro en competición doméstica. Y si frente al Ebro dos semanas antes había tenido muy poco trabajo, la cosa cambió ayer.
El guardameta mosense sí tuvo en esta ocasión que emplearse a fondo con varias intervenciones, algunas de mérito, que le sirvieron para reivindicarse. Aparte de que en el gol encajado por decisión de Jaime Latre, el mosense rechazó el balón de puños en una acción complicada en la que quedó la duda de que el balón hubiera llegado a rebasar o no la línea de gol.
Tras el partido, Blanco, que actuaba también como capitán al estar ausentes tanto Hugo Mallo como Iago Aspas por lesión, mostró su satisfacción por haber pasado de ronda, aunque hizo autocrítica y no quiso que el césped ni otros condicionantes sirvieran como excusa para el hecho de haber tenido que solventar el cruce en la prórroga.
Recordó que salieron al partido «muy bien», pero que esas sensaciones se diluyeron rápido. «A raíz del 0-1, no es que nos relajáramos, pero sí que bajamos la intensidad», admitió el canterano, uno de los ocho que alineó ayer el Chacho en el once inicial. Además, tuvo palabras de elogio para el Andorra, del que dijo que había hecho «un partidazo».
No quiso detenerse demasiado en un factor del que se había hablado mucho en la previa: el césped artificial. «El campo era para los dos. El césped estaba de maravilla y la temperatura era perfecta», zanjó con franqueza. También señaló que el conjunto de Eder Sarabia se «vino arriba» con el empate mientras al Celta le «costó».
En cuanto al torneo, asegura que la Copa ilusiona al conjunto céltico. «Nos gusta mucho. El año pasado quedamos eliminados pronto y para un club como el nuestro, es una competición importante», quiso subrayar el mosense.