Pero para entonces, en el momento del primer cambio obligado, los de Onésimo Sánchez ya iban por detrás en el marcador. Fue en la primera llegada del conjunto visitante, a saque de córner cuando llegó el tanto que obligaba al conjunto vigués a remar contracorriente. La jugada que dio origen al saque de esquina nació de un robo del excéltico Víctor Pastrana, y sacó Javi Castro tras una falta de entendimiento con Pampín. Pero los vigueses volvieron a pecar de dar demasiadas facilidades a balón parado al rival.
Poco después, pudo incluso llegar el segundo para un Extremadura que se sintió muy cómodo y bien plantado, consiguiendo que el Celta B no encontrara espacios. Los vigueses sí llevaban la iniciativa, pero apenas creaban peligro más allá de un sinfín de centros laterales que no pasaban a mayores. Era un dominio estéril del filial, que llegaba a cuentagotas. La última del primer tiempo, de hecho, fue para el Extremadura por medio de Sergio Gil, que a punto estuvo de sorprender a Gaizka Campos con un tiro cruzado que se fue desviado por no mucho.