El Celta teme al cambio de clima

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

RC CELTA

El calor, con diez grados de diferencia con respecto a Vigo, un hándicap más para un Celta al completo que quiere prolongar su despegue ante el Elche

03 oct 2021 . Actualizado a las 12:26 h.

De los 20 grados con cielo encapotado y fina lluvia de Mos al sol radiante rondando la treintena de Elche. El cambio de clima es el primer hándicap que se encontrará el Celta esta sobremesa en el partido del Martínez Valero. El segundo será la línea de tres centrales tradicional de un Elche que cuenta con un buen plantel y quiere ganar en casa antes de irse al parón liguero.

Del primer aspecto, a Eduardo Coudet le preocupa una rápida adaptación, máxime teniendo en cuenta que el partido se juega a las dos de la tarde. Este será el primer objetivo de un equipo vigués que quiere completar su despegue después de sumar los últimos seis puntos en juego. El curso pasado, los célticos fueron un reloj de precisión frente a los rivales del segundo vagón de la liga y este curso, pese al desliz ante el Cádiz, quieren repetirlo.

Una de las claves para la recuperación es la utilización de inicio de dos pivotes con características defensivas en detrimento de Denis Suárez, que el lunes pasado se vistió de héroe en el descuento marcando el gol del triunfo. La gran duda de cara al once inicial es conocer si el de Salceda saldrá de inicio o el Chacho mantendrá el plan de darle cabida en el equipo a la vuelta del descanso. En ambos casos, Fran Beltrán sería el damnificado, ya que Renato Tapia parece recuperar sensaciones. Todo lo demás son piezas cantadas tras recibir el alta Santi Mina, que ayer se ejercitó con normalidad en la última sesión y apunta a un once que por primera vez en toda la temporada podría ser el mismo de la jornada anterior.

Mina tendrá que pegarse en esta ocasión no con dos, sino con tres centrales, ya que el equipo de Escribá construye un muro por delante de Kiko Casilla y puebla el centro del campo más allá de los límites que permite la distancia social del covid-19 con cinco jugadores, dos de ellos, carrileros muy largos.

Verse con un mínimo de ocho hombres por detrás del balón no será un escenario desconocido para el Celta. El Granada metió a todo el autobús el Balaídos en la pasada jornada y el Levante también jugó en algún momento con defensa de tres centrales. Frente a esta propuesta, el Celta necesita paciencia para mover el balón con pases de seguridad, pero al mismo tiempo ser vertical y profundo para encontrar grietas en la zaga ilicitana.

La estadística dice que el Celta solo ha puntuado cuando no ha encajado, un argumento de peso para ajustar todo lo posible un sistema defensivo que tiene en Lucas Pérez y exceleste Lucas Boyé las grandes amenazas.