El Celta se moderniza y apuesta por la incorporación de nuevas tecnologías en sus métodos de la mano del centro de innovación CeltaLab1923
07 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.En los últimos años, la innovación en el deporte se está convirtiendo en un factor relevante. Los clubes invierten grandes cantidades en sus departamentos de I+D con el objetivo de obtener una ventaja competitiva sobre el resto. Dispositivos biométricos, realidad virtual o inteligencia artificial; toda una serie de conceptos modernos que se aplican en los equipos con un objetivo común: mejorar el rendimiento.
La innovación deportiva está eclosionando actualmente y cada vez son más los clubes que apuestan por usar nuevos métodos, tanto en los entrenamientos como en el resto de ámbitos. Cinfo es un ejemplo perfecto. Esta compañía, especializada en tecnologías de vídeo, utiliza la realidad virtual para poder retransmitir los partidos sin la necesidad de una persona. De esta manera, la cámara sigue al balón y a los jugadores de manera automática, facilitando la emisión de los encuentros, la grabación de las jugadas y potenciando la relación de los conjuntos deportivos con sus aficionados.
Cinfo es una de las nuevas empresas que ha tenido éxito gracias al CeltaLab1923, un centro de innovación que, de la mano del R.C. Celta, pretende liderar el desarrollo tecnológico de la industria del deporte. La entidad, creada en el año 2019, busca satisfacer las necesidades de los equipos utilizando nuevas tecnologías y nuevos modelos de negocio. Y no solo se dedica al fútbol, sino que, según Lalo García, principal responsable del proyecto, busca «abarcar cualquier tipo de deporte en Galicia».
Este centro de innovación localiza nuevas empresas y, tras realizar una serie de análisis técnicos y financieros, validan la idea y facilitan la realización de los ensayos en situaciones reales. A partir de este punto es donde los equipos se convierten en protagonistas, aportando las instalaciones y el conocimiento para probar el nuevo método. «Nuestro objetivo es crear la industria del deporte del futuro», indica García.
Para ello, el CeltaLab1923 instalará su sede en la nueva ciudad deportiva «Afouteza» y, actualmente, ya está probando productos novedosos en la cantera celeste. Una academia que es la principal beneficiada de los nuevos proyectos. «Nuestra intención es que la cantera tenga las mismas herramientas que el primer equipo. Para ello, estamos trabajando con el Celta para identificar qué clase de tecnologías podrían mejorar el rendimiento, como incorporar paneles inteligentes para entrenar el pase o espinilleras que miden el rendimiento», explica García.
El CeltaLab1923 está creando un gran ecosistema donde los equipos profesionales, las federaciones y los empresarios se juntan para emprender e invertir en nuevos modelos de negocio. Un proyecto pionero que cuenta con colaboraciones en países de todo el mundo y que está liderando la industria a nivel nacional.
Las empresas de innovación deportiva buscan un hueco en la élite del fútbol
Cada año decenas de nuevos proyectos salen a la luz con la intención de solucionar problemas o modernizar las metodologías del deporte. Las posibilidades son inmensas. Las producciones innovadoras alcanzan un amplio abanico de sectores, como el entrenamiento de la técnica de los jugadores, la prevención de lesiones o, incluso, la nutrición. En este último sector destaca Tabalú, una compañía que se dedica a crear menús personalizados para los deportistas y que cuenta con socios de renombre como Denis Suárez. Para ello, recoge toda la información de los servicios médicos del club, del deportista y del equipo de chefs para automatizar la creación de menús y aumentar el rendimiento físico de los jugadores.
Actualmente, CeltaLab1923 ya ha colaborado con empresas tecnológicas muy interesantes como FutbolTek u Oliver. La primera, consiste en la colocación de seis paneles electrónicos que permiten entrenar el pase, el control y la velocidad de reacción de los jugadores. Además, toda la información obtenida en el ejercicio se recopila, pudiendo analizar los datos de cada jugador. De esta manera, se mejora la técnica individual de los deportistas, se potencia la competitividad en los entrenamientos y, por encima, los entrenadores cuentan con una gran cantidad de datos que ayudan al desarrollo y gestión de la plantilla.
Por otro lado, Oliver es un GPS que mide las capacidades del futbolista, controlando la velocidad, la distancia recorrida o la fuerza de chute. Y, para ello, es suficiente con colocar un pequeño dispositivo en la pierna del deportista. En definitiva, un sinfín de alternativas con un objetivo común: desarrollar el fútbol del futuro.