«Algunha bágoa co himno caeu»

m. v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Aficionados del Celta reviven el regreso a Balaídos 15 meses después

25 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Unos cuantos privilegiados pudieron reencontrarse con el primer equipo del Celta en Balaídos el pasado sábado 15 meses después. Y como tales, sintiéndose unos verdaderos afortunados, cuentan que lo vivieron algunos de los que disfrutaron de esa experiencia. Premiados por su antigüedad, por la opción elegida en la devolución de la pasada campaña o por un sorteo, acudieron con ganas de disfrutar cada instante.

Lo describe de manera muy clara Marta Abril, que accedió gracias a haber escogido la opción del monedero la pasada temporada: «Lo viví como el mejor plan del mundo en mucho tiempo». Admite que llevaba tiempo esperándolo con ansias. «Estaba atenta a todos los ‘amagos' de volver que no pudieron ser... Reconozco que el Celta en directo cada 15 días forma ya parte de mi modo de vida. Y lo echaba mucho, mucho de menos», expresa.

De hecho, el tiempo entre realizar la solicitud de entrada y saber que una de las 2.686 disponibles sería para ella se hizo eterno. «Sufrí mucho, porque soy la socia 3.636 y una va viendo por Twitter que algunas entradas de antigüedad se acercan... ¡Y nada! Ese momento de no saber si estaban todas repartidas... ¡Susto!». Por eso cuando llegó, la celebración estuvo a la altura: «Fue mientras comía en el trabajo y todas mis compis me lo festejaran como si me tocara la lotería», recuerda.

 

Cé Rodríguez destaca el «alivio» al comprobar que se podía volver y «sentir las mismas sensaciones», aunque sin olvidar que «se vuelve como se vuelve». «No te podías levantar, no todo el mundo sabía lo de las mascarillas FFP2 y tuvieron que comprarse una...», ejemplifica los inconvenientes. En todo caso considera que «ir a Balaídos es algo más que ver al Celta: es reunirte con la gente, ir a comer, reencontrarte con gente de A Guarda o A Illa que no veías... Y recuperar todo eso es la leche», celebra.

Aparte de lo anterior, asegura que disfrutó de «un partido divertidísimo». «Como no llevábamos presión por los resultados, lo pasamos bien, comimos, bebimos y vimos un buen partido», destaca. Le queda la tranquilidad de que pudieron «sentar las bases de que es posible hacer algo así, de forma ordenada» y también subraya la importancia de «reflotar la economía, ayudar a gente que lo ha pasado muy mal» y con la que tantos momentos han compartido en las previas de Balaídos.

«Estaba ilusionado como un niño, como la primera vez que entré, en 1986»

En el caso de José Costas, pesaron sus casi 30 años como abonado, desde la temporada 1991/1992 y con el carné número 1.345. Se desplazó desde Oviedo, donde reside, 800 kilómetros ida y vuelta como siempre que acude a Balaídos. «Llevaba sin poder ir desde el 5 de enero de 2020, contra el Osasuna, y no podía perder la oportunidad», comenta este vigués al que la espera durante la pandemia se le hizo interminable. «Primero, esperar a que volvieran a jugar, y después, empezar a verlos por la tele sin público, que parecían partidos amistosos sin emoción alguna».

En contraste con esas sensaciones, disfrutó de lo lindo de la vuelta a casa. «Fue como la primera vez que entré en el campo, en 1986, ilusionado como un niño. Hice la previa en la Movie y lo mas increíble fue que aparqué a la primera y en la puerta justo», cuenta. Ya en el interior, lo más raro fue no sentarse en su asiento. «También fue extraño ver tanta distancia entre gente y escuchar los gritos de los jugadores incluso desde la otra portería. El resultado no acompañó, pero al menos pude celebrar dos goles y lo mas importante, pude verlos desde mi grada otra vez», celebra Costas.

En general, la derrota no causó especial enfado, dadas las circunstancias en que se producía y que el partido estaba llamado a ser una fiesta que nada podía aguar. «Marchei con boas sensación e coa duda de que pasaría se esta tempada durase un pouco máis», confiesa Marta Tizón, abonada desde que nació, en 1994, y que califica lo vivido como «emocionante». «Dende que saín da casa xa era unha sensación estraña. Cheguei a Balaídos con dúas horas de antelación, tocaba facer previa covid: sentadiños nunha terraza, coa pandilla das previas... Volver velos foi do mellor despois de ano e medio», recalca.

Después, disfrutó en el campo con su padre, que también pudo asistir gracias a su antigüedad. «Polas obras en Río Baixo, reubicáronnos en Tribuna Baixa. Non foi o mesmo, pero poder entrar a Balaídos con meu pai foi o mellor aínda que vivimos o partido separados, xa que non tivemos opción de escoller sitios», detalla. Y revela que «no momento de escoitar e cantar o Himno, algunha bágoa caeu».

«A xente animou coma sempre e os momentos dos goles foron incribles»

La misma emoción del momento de acceder al campo la sintió Antonio Canda, de 46 años, socio desde hace unos 20 y que a mayores había optado por el monedero virtual. «Vivo ao lado do campo e así aínda se fixo máis longo este tempo sen ir. O momento da entrada foi espectacular, puxéronseme os pelos de punta», confiesa. Aunque el hecho de «non poder comer, fumar e que as cantinas estivesen pechadas» se hizo extraño, hubo otra parte en la que no percibió diferencias: «A xente animou coma sempre e os momentos dos goles foron incribles».

Canda comenta que tenía ganas de ovacionar a todos, pero de manera especial a Coudet. Lo mismo que Tizón: «Confío totalmente en el para un bo proxecto. Tamén a Iago, que cando non é un gol, é unha asistencia. Bendito sexa». Sin olvidar a Sergio Álvarez: «Doeume que non recibise a despedida que merece. El é celtismo puro, un exemplo no campo e fóra del», dice sobre un adiós que el club prevé organizar cuando regrese la normalidad. También Antonio echó de menos «que saíra para aplaudirlle ou ter un detalliño con el».

Abril le hizo su particular homenaje, luciendo orgullosa su camiseta en un día mágico: «Estaba nerviosísima antes de entrar... ¡No me lo imagino si nos llegamos a jugar algo! Dentro, como todos, celebrando como si realmente nos jugásemos algo, creo que más por las ganas de celebrar y vivir ese momento que realmente por la importancia del partido... Aunque ganar se quiere ganar siempre!», añade. No pudo ser, pero ahora todos esperan con ansia la próxima temporada para que llegue esa primera victoria que equipo y afición puedan celebrar juntos.