El VAR más intervencionista sonríe al Celta

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

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El sistema de videoarbitraje entró y condicionó cinco decisiones del colegiado

10 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Llevaba tiempo quejándose, y con razón, el Celta de las decisiones del VAR. Las líneas le chafaron más de un gol y le dejaron sin algún penalti a favor, o lo decidieron en contra. En Villarreal, el VAR más intervencionista sonrió al Celta. Porque las visitas de Medié Jiménez al monitor fueron la imagen más repetida del partido empatadas con su tendencia a llevarse la mano al pinganillo para escuchar interpretaciones a instancias de González Fuertes.

El recital comenzó en la jugada del primer gol del conjunto vigués. En apariencia legal a todas luces, pero en la que el VAR detectó una falta muy anterior de Nolito que desde el suelo da con su mano en la pierna de Trigueros, que cae al suelo. Ahí recupera el Celta un balón que acaba con centro de Aarón Martín y gol de Santi Mina. El árbitro revisó la jugada, pero se mantuvo en su decisión inicial y concedió el gol.

La segunda es la menos clara de todas. El choque entre Sergio Asenjo y Hugo Mallo acabó con los dos jugadores tirados en el suelo y con el colegiado pitando penalti varios minutos después y sin que nadie se lo esperase a priori. Fue advertido por el VAR de la presunta salida alevosa del meta del Villarreal sobre el capitán del Celta.

Antes del descanso volvió a intervenir en dos ocasiones más. La primera para indultar a Araujo, que fue a buscar un balón fuera del área, casi en la línea de fondo, con un ímpetu desmedido, pero que en ningún momento derriba al delantero como apreció el árbitro en un primer momento para expulsarle. El mexicano hizo fuerza por la revisión y desde el VAR invitaron a Medié a otra visita al monitor que acabó rebajando el color de la tarjeta, que se quedó en amarilla.

El protagonismo del VAR en el primer tiempo acabó con el segundo penalti a favor de los vigueses. El árbitro pitó falta sobre Brais Méndez a un palmo del área, pero de nuevo el VAR entró en escena para indicar que la falta había sido dentro y el mosense se fue a los once metros para marcar el 1-3.

En la segunda mitad la sala capitaneada por González Fuertes solo entró en escena en una ocasión. Al final del partido y tras un rechace de Kevin Vázquez. Alberto Moreno reclamó mano, el VAR recomendó al colegiado darse otra vuelta por el monitor y cuando volvió pitó el penalti que le permitió al Villarreal acortar distancias.

En donde no hubo revisión ni medidas de gracia fue en la ingenua expulsión de Ferreyra, que vio dos amarillas en el margen de 9 minutos. La primera, nada más salir al campo al soltar el brazo para proteger un balón, momento que aprovechó Albiol para forzar la amarilla. La segunda, un pisotón en la zona de banquillos, fue todavía más clara. Demasiada ingenuidad para su experiencia.