Descubriendo al Celta a 9.000 kilómetros en los 70

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA

Eduardo Gallo, hijo de gallegos, se las ingeniaba en su infancia para «investigar» sobre el que sigue siendo su equipo

06 may 2021 . Actualizado a las 09:41 h.

Nacido en Buenos Aires, pero de ascendencia gallega, Eduardo Gallo Campos le preguntó un buen día a sus abuelos, con quienes convivía, cuál era el equipo de Vigo, sabedor de que allí había nacido su abuela Milagros. «Ella era de Bouzas y mi abuelo, don Ricardo, hijo de gallegos. Les pregunté y me respondieron que el Celta y ahí empecé a investigar como pude», recuerda en el inicio de su relato sobre cómo nació su afición por el equipo vigués.

Esa «investigación» dista mucho de lo que hubiera podido realizar un niño hoy en día en esas circunstancias, enfatiza. «Década de los 70, nada de Internet ni redes sociales ni nada», aclara. Su primer aliado fue la revista El Gráfico. «A través de ella pude dar con algo de información y, además, descubrí para mi sorpresa que tenía los colores del club del cual soy hincha desde siempre, el Racing Club de Avellaneda, celeste y blanco también», recuerda con cariño.

Aunque a sus abuelos también les interesaba saber cómo le iban las cosas al equipo, rememora que apenas llegaba información y tenían que conformarse con muy poco. «La tabla de posiciones con el diario del lunes y gracias. Mucho Real Madrid y Barcelona y algo del Atleti... Poco más», desgrana sobre la realidad de aquellos años.

Con el paso del tiempo y la evolución de las tecnologías pudo ir informándose «más y más». Y la tarea se volvió también algo más sencilla a medida que jugadores argentinos comenzaron a llegar al Celta. «Futbolistas como Gustavo López, Cáceres, Gustavo Cabral (ex Racing), luego el Chacho, Berizzo ayudaron a que los medios de mi país le dieran mas cobertura a mi querido Celta», agradece.

Y la llegada del cable supuso otra dimensión. «Comenzaron a transmitir los partidos. Disfrutaba de ver a los jugadores de mi país luciendo la camiseta del Celta pero mucho también las épocas de Mostovoi y Karpin... Hemos sabido tener grandes equipos», valora. Y dando un salto en el tiempo, destaca «la gran campaña con el Toto de técnico en Europa League» donde el equipo estuvo «tan cerca». Ahora, nuevamente, le enorgullece ver a otro argentino al frente. «El Chacho fue campeón con Racing como técnico y también llegó Solari, que dio la vuelta en Avellaneda».

Para él, seguir al Celta en la distancia es actualmente «mucho más sencillo». «Hay sitios y la información está por todos lados así que es por eso que a veces, sobre todo cuando no vamos bien, como en los últimos años, descargo mis broncas en las redes. Eso sí, siempre con respeto», asegura. No oculta que le gustaría «ver al Celta pelear más arriba, por cosas importantes, jugar las copas europeas», porque subraya que, para él, el Celta «es un grande». Como lo es Iago Aspas, de quien ensalza «su magia y su amor incondicional por la camiseta».

Pero su gran asignatura pendiente es poder pisar un día el estadio vigués. «No pierdo las esperanzas de alguna vez sentarme a disfrutar y seguramente a emocionarme en Balaídos como lo hago en la distancia», cuenta. Lo considera «una cuenta a saldar», especialmente después del intento frustrado del 2020. «Tenía todo más o menos arreglado para ir el año pasado, pero la pandemia alteró todo. Ir voy a ir, eso es seguro», sostiene.

Tampoco ha fructificado, de momento, su intento de hacerse con una camiseta del equipo. «Mi última pareja viajó hace tres años por trabajo a España y la hice ir a Balaídos a sacar fotos y me trajo una bufanda y otros cositas.... pero no la camiseta. «Estaba cerrado, me dijo...». En fin». Iba a ser la primera: «No quiero comprarla acá... Tiene que tener «olor a Vigo»... ya voy a ir «a por ella».