Que revise el VAR la ovación a Sergio

GRADA DE RÍO

Salvador Sas

25 abr 2021 . Actualizado a las 22:12 h.

Si ese penalti le llega a costar el partido al Celta, era para organizar otra de esas manifestaciones populistas como la de febrero de 1998, que clamó contra la sanción de cuatro partidos a Míchel Salgado por aquel lance con Juninho. No están los tiempos para multitudes callejeras, ataviados todavía con los bozales que anulen al bicho, pero llega un momento en que ni Job sería quién de exprimir la paciencia. Ya no quiero imaginarme si, en vez de medirse dos rivales holgados buscando solo la matemática que certifique su permanencia, hubiésemos estado ante una refriega a cara de perro por la supervivencia. El VAR se diseñó para corregir errores flagrantes de los colegiados, no para destrozar el fútbol. Si Pizarro Gómez vio en ese salto entre Aspas y Roberto Torres un clamoroso penalti engullido por Soto Grado entonces que deje el arbitraje. Y si el riojano lo cobró por justificar el paseíllo, que se marche con él.

El Celta es de Primera cuando restan cinco partidos. Y, aunque sonaron vientos europeos, hay que estar satisfechos. Fue mejor que Osasuna una hora y luego quiso aguantar el chaparrón. Como alegoría, Kevin acabó con un gorro de piscina para evitar que la sangre llegase al río. Vivir de rentas no es delito tampoco, cuando vienes de una semana tan exigente y tienes los mismos obreros todo el tiempo en el andamio. Arrasate cambió ocho fichas del partido de entre semana y Coudet solo a un par. Que sirva la reflexión de algo para el futuro.

El riesgo ahora es precisamente ese. Pensar que, con el objetivo consumado, lo suyo es descansar. No apaguen las luces todavía. No da igual el ocho que el dieciséis. Dice Tebas que puede haber público en los estadios en los últimos partidos. Ojalá. No solo por la gente, que también. Sergio Álvarez no puede dejarlo sin una ovación de esas que marcan época. Se la merece como pocos. Y que la revise el VAR.