La hora de las matemáticas

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

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El Celta, que solo sumó un punto de los últimos nueve, busca un triunfo definitivo para certificar la salvación ante un Osasuna embalado en la segunda vuelta

25 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Al Celta le ha llegado la hora de aprobar el curso. Después de encarrilar en Mendizorrotza la permanencia y de mirar incluso para la séptima plaza pero con un punto de nueve como único rédito, ha llegado el momento de la salvación matemática aprovechando que los dos próximos exámenes serán en casa, el primero ante el estudioso Osasuna, un alumno aventajado del pelotón de supervivencia que alcanzó la frontera de los 40 puntos más rápido que los celestes. Eso sí, ninguno de los dos debe relajarse hasta que los números inviten a ello porque la tropa del pelotón de cola está en plena aceleración y quizás el corte del bienestar esté por encima de lo esperado.

Para el Celta volver a Balaídos no es ninguna garantía. Los de Eduardo Coudet solo han ganado un partido como locales en lo que va de año, al Elche y antes del cambio de entrenador. Los seis visitantes restantes pescaron en el coliseo vigués (tres empates y otras tantas victorias). Estos números son el primer aspecto que invitan a la cautela.

El segundo, la inercia de Osasuna, que llega con una racha de seis partidos sin perder (12 puntos de 18 en juego) y que es el quinto mejor equipo de la segunda vuelta, tan solo por detrás del cuarteto de Champions. En este segundo tramo de campeonato solo ha encajado nueve goles (20 de los vigueses). Una cuenta de resultados que ni el más optimista de los rojillos podría imaginar cuando parecían anclados a la zona peligrosa.

El secreto de este cambio radical se llama confianza. Jagoba Arrasate fue ratificado por la dirección deportiva cuando el barco se hundía después de 13 jornadas consecutivas sin ganar y el mensaje se convirtió en permanencia por adelantado. En el despegue también ayudó recuperar a todos los lesionados y contar con un fondo de armario superior al del Celta.

La tercera materia que complica el partido es el cansancio. Sin apenas segunda unidad, nada indica que Coudet vaya a hacer cambios en el once para el tercera partido de la semana. En Anoeta hizo uno, y porque recuperaba a Santi Mina, con respecto a Cádiz y pese a los errores defensivos individuales registrados ante la Real, seguramente esta tarde salga el mismo equipo. Aunque podría haber algún movimiento en la línea de mediapuntas, con opciones para Solari, lo que implicaría el viaje de Brais a la izquierda y el descanso para Nolito. Tampoco puede descartarse algún ajuste en la cuestionada línea defensiva.

Con o sin movimiento, de la respuesta física para sostener un ritmo alto y de presión dependerá en gran medida que el Celta pueda aprobar el primero de los dos exámenes finales para no dilatar hasta mayo el aprobado.

Porque de finales agónicos ya va sobrado el Celta. La temporada pasada no ganó en ninguno de los siete últimos partidos y quedó a expensas del Leganés en la última jornada para certificar la salvación. Ahora la situación es distinta, pero cuanto antes se resuelva la ecuación mejor nota tendrá un curso sustentado por la matrícula de diciembre.