Una cita para abrazar el sosiego

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

RC CELTA

El Celta, con Aidoo como novedad y con su mejor once, pero sin recambios, pretende acercarse a la permanencia y acabar con la maldición de Mendizorroza

04 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Un mes atrás el Celta visitaba al colista Huesca y este mediodía repite la historia pisando el feudo del Alavés, farolillo rojo de la categoría desde el viernes por la noche cuando los oscenses ganaron en el Ciutat de Valencia. La escenografía es casi idéntica: los vigueses, con la intención de hacer los deberes matemáticos para evitar cualquier problema, y en este caso, los babazorros planteando un partido a la desesperada para agarrarse a la Primera División. La principal salvedad es que los celestes viajan a un campo en el que no han puntuado nunca en Primera.

A diferencia de aquel viaje a El Alcoraz, el Celta verá todavía más mermado su ya escuálido fondo de armario. No estará Solari, con la etiqueta de primer relevo, y tampoco Araujo, que volvió lesionado de sus días con la selección. Casi con lo puesto, los vigueses tendrán que afrontar un partido que se va a dilucidar en gran medida en el juego aéreo con Joselu y sus 192 centímetros como principal amenaza para una zaga en donde Aidoo será la única novedad.

El resto de la formación será el equipo de gala habitual, pero el gran problema radicará a la hora de agitar el árbol de los cambios. Ferreyra y Beltrán son los dos recambios habituales disponibles y está por ver si Baeza, ahora testimonial, se gana un sitio en la rotación final.

Para el equipo de Abelardo es una final. Lo admite hasta el propio técnico asturiano, consciente que se les va la vida a falta de diez jornadas para la conclusión del campeonato. Los vitorianos, a 11 puntos del Celta, llegan al partido a solo dos del corte de la permanencia, pero con una racha de seis partidos sin ganar, con un empate y cinco derrotas, alguna de ellas de lo más dolorosa como la vivida en el Benito Villamarín cuando en los últimos minutos el Betis remontó un 0-2 para quedarse con los tres puntos. El caso Lucas Pérez, cuyo concurso esta tarde es una incógnita, es otro asunto que confirma que por Vitoria no corren buenos tiempos.

Pero tampoco el Celta está para tirar cohetes. Las rentas de diciembre y los apaños del 2021 le valen para vivir una idílica situación tranquila, pero a nivel de juego ya queda poco de aquel equipo divertido del desembarco de Coudet. Los vigueses tienen un serio problema con la salida de balón y seguramente el Alavés les plantee una presión alta para robar en campo contrario y hacer daño a un Iván Villar que vuelve como titular al campo en el que debutó.

Al margen del resultado, recuperar la mejor versión en cuanto a juego no debe ser una cuestión menor para un Celta que busca acercarse a la frontera de los 40 puntos pero no a cualquier precio. Un triunfo incluso les daría un pequeño empujón en el pelotón intermedio para desplazar al Levante. El equipo cuya derrota condenó a los vascos del sur a partir de la posición de colistas. ¿Bueno o malo para el Celta?