Los retos del Celta para los diez partidos pendientes

GRADA DE RÍO

LOF

El equipo afronta el tramo final de la Liga con la obligación de garantizar la permanencia y la necesidad de mejorar su bagaje defensivo y la salida de balón

30 mar 2021 . Actualizado a las 21:24 h.

Once puntos sobre la quema y nueve de desventaja sobre una hipotética séptima plaza europea. El Celta viaja en zona de nadie, algo que no sucedía desde hace tres campeonatos, cuando Juan Carlos Unzué fue el último técnico capaz de completar una temporada natural al frente del banquillo. Entonces supo a fracaso, con la resaca europea todavía repartiendo secuelas en el celtismo, pero ahora se antoja una buena noticia para un club acostumbrado en los últimos tiempos a convivir con la agonía. Por delante quedan diez jornadas de competición doméstica, la mitad como local y otro tanto como visitante, en las que el Celta tiene todavía asignaturas pendientes de las que dependerá la evaluación de la temporada.

Salvación: Entre seis y nueve puntos para respirar al fin tranquilos.

El partido ante el Alavés puede ser el primer paso para aproximarse a esa línea, entre los 40 y los 43 puntos, que certificaría la presencia en la élite una temporada más. Además de incrementar la ventaja respecto a los babazorros, el Celta puede consolidar el averaje particular, tras la victoria en la ida por 2-0. Un registro que los de Coudet tienen ganado, total o parcialmente, con los seis últimos equipos de la tabla. El Celta debe enfrentarse al Alavés y al Cádiz —al que ganó 4-0 en Balaídos— y mantiene la ventaja en los duelos directos con Huesca y Elche. Frente a Eibar y Valladolid, igualados en lo particular, tiene un mejor coeficiente de goles.

«El hincha viene de dos años durísimos, con el corazón en la boca. El objetivo principal es salvar la categoría lo antes posible para que no tenga que sufrir». Palabra de Coudet.

Mayor solidez: El quinto peor equipo si sumamos los goles encajados.

Otra asignatura pendiente para lo que resta de competición es la de mejorar el registro defensivo. El Celta lleva encajados 43 goles tras 28 jornadas, uno menos que Huesca, Alavés y Cádiz y tres menos que el Granada. La media sale a más de gol y medio por partido (1,53). Los tres tantos recibidos ante el Madrid, los tres en la visita a Huesca o los dos que anota el Valencia en el descuento dan una idea reciente del debe que sigue teniendo el equipo. Ha mejorado algo en la réplica de los centros laterales pero sigue concediendo en pelota parada y en la salida de balón y mostrando desajustes en las marcas.

Salida con la pelota: Del toque aseado a la búsqueda de balones largos.

Coudet ha ido modulando la partitura. Su apuesta por una salida filtrada con el balón, en la que tanto Tapia como Denis —e incluso los laterales— se desplegaban, ha mezclado grandes tardes con otras en las que el rival ha hecho estragos. El técnico ha incorporado a los centrales a la construcción, mediante balones largos hacia los puntas o segundas jugadas y ha retrasado la posición de Iago, con lo que ha perdido presencia en el área. Toca afinar.

La dependencia: Incapaces de ganar cuando Aspas no está disponible.

Cinco partidos sin Iago Aspas saldados con cuatro derrotas —una, en Copa, ante el Ibiza— y un empate. Aspas no ha marcado en el 2021, condicionado por la necesidad de que participe más en la elaboración. Como nota positiva, el Celta consiguió saldar ese déficit repartiendo la faceta anotadora. El equipo tiene pendiente sobrevivir con éxito a una hipotética ausencia del moañés.

El peso de los suplentes: El técnico solo agotó los cambios una vez en tres meses.

Desde la victoria ante el Huesca en el último partido del 2020, Coudet solo ha aprovechado los cinco cambios una vez, ante el Elche. Los no habituales se han ido quedando progresivamente con menos minutos de juego.

La incógnita de la cantera en un futuro con Coudet

A la vez que certifica el mejor final de curso posible, el Celta debe ir tomando decisiones para apuntalar su proyecto de la próxima temporada, que volverá a comandar Eduardo Coudet desde el banquillo. Su llegada ha supuesto un giro drástico en la política de fichajes del club, dominada hasta el momento por la dirección general y deportiva. Coudet es el primer técnico en años que ha tenido carta blanca para influir de un modo directo en las incorporaciones. De su mano llegaron Solari y Ferreyra y se intentó la frustrada y pospuesta incorporación de Franco Cervi. El club ha tanteado fichajes como los de Santos Borré o Luis Abram, con marcado peso del técnico, que también mostró su deseo de optar a la contratación del lateral Javi Galán.

El Celta parece decidido, contrariamente a lo que ofreció al inicio de la presente temporada a Óscar García, a entregarle al argentino la manija del futuro proyecto deportivo. La incorporación de Coudet ha supuesto, sin embargo, un paso atrás en las aspiraciones de los canteranos. Su peso en la dinámica del primer equipo ha caído en picado respecto al que disfrutaban con el técnico catalán.

El Celta ha ido oscilando en los últimos años entre la contratación de técnicos con marcada sensibilidad hacia la cantera —Eusebio Sacristán, Paco Herrera, Luis Enrique, Juan Carlos Unzué y Óscar García— con otros, como Berizzo, Mohamed o el propio Coudet que prefieren otro perfil de futbolistas más experimentados.

El Celta deberá decidir cómo planifica la próxima campaña —pendiente de los jugadores que mantiene cedidos y los que no cuentan para Coudet— y el peso que tiene una cantera que atraviesa un buen momento y que utiliza como enseña del club.