El central ghanés, que ha perdido peso en el once, busca redimirse en El Alcoraz
04 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.«No vamos a regalarlo, es un cañón», reflexionaba en voz alta un directivo del Celta cuando el Sevilla de Monchi mostró un tímido interés por llevarse a buen precio a Joseph Aidoo el pasado verano. El central ghanés había tenido continuidad en su primera temporada en el Celta, al que había llegado en julio del 2019 tras pagar ocho millones de euros al Genk belga y las expectativas eran altas.
Aidoo había sido indiscutible para Fran Escribá, con el que solo se perdió el primer partido liguero ante el Real Madrid, y tuvo su peso también para Óscar García tras el relevo en el banquillo. En total, disputó 32 partidos de la pasada liga, 27 de ellos como titular —le dio a Santi Mina una asistencia en el duelo frente a Osasuna en Balaídos— y un partido de Copa del Rey. Con el técnico de Sabadell mantuvo los galones al arranque de la presente campaña. De las nueve jornadas en las que dirigió al equipo, Aidoo solo se quedó sin jugar ante el Atlético de Madrid y el Levante, por motivos sanitarios, tras dar positivo en covid.
La mitad de tiempo con Coudet
La llegada de Eduardo Coudet relegó al ghanés. Si con Óscar sumó 540 minutos en las primeras nueve jornadas, con el argentino lleva menos de la mitad —217—en dieciséis. Fue titular en su debut, en Nervión ante el Sevilla, pero tuvo que abandonar el partido por lesión antes del descanso. Sería su única titularidad en liga «no forzada» con el Chacho. La otra, ante el Cádiz en Balaídos, vino propiciada por la baja de Murillo por sanción. Un escenario similar —esta vez por la lesión de Araujo— al que se le vuelve a abrir a Aidoo el próximo domingo en El Alcoraz.
Una pésima tarde en Ibiza
El internacional ghanés —jugó su último partido con la selección el pasado noviembre frente a Sudán— tendrá en Huesca, si se confirma como todo hacer prever la ausencia del mexicano, una nueva opción para hacer cambiar a Coudet de parecer, una presa que no se antoja nada sencilla viendo la confianza que tiene depositada el técnico en su once tipo.
A Joseph Aidoo le hizo especial daño su rendimiento en la debacle copera del Celta en Ibiza. La imagen de los tres goles encajados en la primera parte —e incluso su error previo al penalti de Fontán que costó el cuarto— pesaron como una losa en sus opciones para recuperar la titularidad. Coudet lo ha utilizado hasta ahora básicamente para perder tiempo —entró cuatro veces, ante Granada, Alavés, Huesca y Elche, con el tiempo cumplido— o para reforzar la zaga en los compases finales como ocurrió en San Mamés y en Mestalla.
En otras dos ocasiones, ante el Betis en Heliópolis y el pasado domingo frente al Valladolid, Aidoo entró al terreno de juego debido a la lesión de un compañero. Ante el Betis fue Jeison Murilllo el damnificado y contra los pucelanos Néstor Araujo, el futbolista que ha acabado desplazando a Aidoo del once inicial.
La radiografía de Escribá
Ha pasado más de un año de aquella reflexión pública que Fran Escribá hizo sobre el central y parece que, para el ghanés, el tiempo se detuviera entonces: «Todos tenemos claro que Aidoo es un central muy bueno. Por su edad —25 años ahora— tiene un margen de progresión tremendo, también por su potencia. Aún se está adaptando, nosotros hablamos mucho con él y también es cierto que aún no conoce bien a los delanteros. Que luego, por su forma de jugar, a veces comete algún error pues también es parte de lo bueno que es Aidoo. Es complicado decirle a un jugador ahora sé agresivo y ahora no».
El técnico valenciano reflejó en un minuto virtudes y defectos. Aidoo cuenta con unas condiciones físicas de las que puede sacar partido, tiene pendiente la adaptación a lo que requiere el fútbol español, que castiga la anarquía táctica al mínimo despiste, y corregir esos errores de bulto que comete. Le quedan tres años de contrato. En Huesca tendrá otro pase para probar que el cañón no se dispara al pie.