El Celta propone un nuevo modelo de fútbol femenino centrado en la base

x.r.c. VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA

Los vigueses, que quieren invertir la pirámide arrancando en alevines, parecen dispuestos a dar el paso y ya plantearon su idea al CSD, a la LFP y a las federaciones

24 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El fútbol femenino es uno de los grandes déficits del Celta como club de fútbol. En el año 2021 es uno de los contados equipos que no cuenta con una estructura propia ni asociada y ahora parece el dispuesto a dar el paso, pero a su manera. Los vigueses quieren invertir la pirámide y consideran que la apuesta real debe ser por el fútbol base, desde alevines, y no por la escuadra sénior, que debería ser el último peldaño en una idea ya ha sido planteada al Consejo Superior de Deportes, a la LFP y a las federaciones, tanto a la gallega como a la española. De hecho, la propuesta del conjunto vigués es que se sienten todos los actores para encontrar una fórmula en donde la cantera sea la apuesta principal.

El Celta interpreta que se está construyendo la casa por el tejado en el fútbol femenino, apostando más por los equipos sénior que por las formaciones de base, una idea que el conjunto vigués no comparte, sino que apuesta por poner en práctica el mismo modelo de éxito de la base de su cantera masculina.

El gran problema, desde el punto de vista del Celta, es que estos momentos en provincias como Pontevedra es imposible montar ligas en todas las categorías menores por la falta de equipos, algo que en A Coruña, por ejemplo, sería más factible. Según sus datos, hay muchos más equipos séniores y de categorías base. Por eso la idea es comenzar por abajo del todo, desde alevines, incluso con ligas reducidas, y poco a poco ir subiendo peldaños (infantiles, cadetes y juveniles) para llegar después a la categoría sénior con el fin de que no se produzcan diferencias de edades como las que se ven en la actualidad.

Aunque sea uno de los pocos clubes del fútbol profesional sin estructura femenina, el Celta lleva un par de años manteniendo contactos con diferentes clubes del fútbol femenino para conocer todos los pormenores, de hecho estuvieron en conversaciones con el Matamá el año que logró ascender a la segunda categoría, aunque luego tuvo que renunciar, y en la actualidad el conjunto vigués no descarta ayudar a alguno. De hecho, en su modelo también cabe un equipo sénior, incluso ya para la próxima temporada.

Eso sí, el club con el que pueda asociarse el Celta, que loa el trabajo de entidades como Mos, Valladares, Erizana o Sárdoma, debe tener al menos un equipo en categoría juvenil y a ser posible más elencos de base. La idea es que las jugadoras lleguen formadas y que pasen por toda la cadena de filiales como sucede en el balompié masculino.

En términos económicos también interpreta del Celta que esas jugadoras de base serían potenciales consumidoras de fútbol femenino y le darían un impulso al valor del producto, replicando la imagen que ya se da con el fútbol masculino. Su idea en este aspecto es un proyecto a cuatro años en donde la entidad nodriza (en este caso el Celta) afronte los gastos sin ninguna contraprestación, pero pasado ese punto temporal la sección debería ser autónoma en términos económicos.

Hay que tener en cuenta que el propio CSD acaba de abrir la puerta a un fondo de inversión para que la Primera Femenina pueda pasar a independizarse de la RFEF como ya sucedió con el fútbol masculino o con la ACB en baloncesto. Está previsto que a partir de la próxima temporada la Liga Iberdrola pase a ser profesional a todos los efectos con un sueldo mínimo de 16.000 euros.

El conjunto vigués asume que si idea en absoluto es populista, que puede encontrar la oposición de las jugadoras que ahora están en categoría sénior, pero interpreta que es lo mejor para sentar unas bases sólidas. El Celta considera que ha llegado el momento de que se sienten todos los clubes con una estructura profesional del fútbol gallego (Deportivo, Lugo, Compostela, Pontevedra, Coruxo...) y que entre todos se pongan las bases para asegurar el porvenir del fútbol femenino en Galicia. El tiempo dirá si es factible.

La liga gallega infantil, la única competición

El fútbol base apenas existe como tal en la estructura del fútbol femenino en Galicia. Al margen de la Primera y Segunda División, la Primera Nacional (en donde están Sárdoma, Valladares y Mos) y la Primera y Segunda Galicia (de ámbito autonómico), la única competición que se disputó la temporada pasada fue la Liga gallega infantil, y para eso con solo diez equipos, de los cuales tres correspondían al área de Vigo (Mos, San Mateo y Valladares), dos más al resto de la provincia de Pontevedra (Interrías de Portonovo y Umia), uno de Ourense (Rosalía), otro de Lugo (Milagrosa) y tres de la provincia de A Coruña (Victoria CF, Orzán y Victoria FC).

A día de hoy, tomando como referencia la temporada pasada al estar paralizadas las competiciones por la pandemia en la actual, no hay ninguna otra competición de ámbito local, provincial o autonómico.

Un caso revelador lo representa el Orzán, el conjunto coruñés que en su día facilitó su plaza al Deportivo para ocupar su sitio en la extinta Primera Nacional (era la segunda categoría) y con quien firmó un convenio de colaboración que sigue vigente en la actualidad. El Orzán cuenta con equipos estables de alevines e infantiles y hasta la temporada pasada participaba en ligas masculinas. Este club funciona como base del Deportivo, que cuenta con un equipo en la máxima categoría y otro en la refundada Primera Nacional (ahora la tercera división).

Esta falta de competiciones de base provoca que niñas en edad cadete, la última en donde podían jugar en equipos de chicos, terminasen dando el salto al sénior (la deportivista Alba Merino debutó en Primera con 14 años) o se pasasen al fútbol sala, de ahí la idea del Celta de darle la vuelta a la pirámide.