El trompetista contra el mago

x.r.c. VIGO

GRADA DE RÍO

rc celta

Villalibre, un delantero con mucha movilidad, se ha convertido en el nueve del Athletic mientras Aspas se ha reubicado para construir el juego de ataque

04 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Asier Villalibre y Iago Aspas son los dos delanteros del momento. El de Gernika se ha convertido en el último emergente del Athletic y el céltico, en una de las referencias de la liga. El bilbaíno marcó su primer gol el pasado fin de semana, confirmado el relevo en el nueve rojiblanco, y una semana antes hizo un partido antológico ante el Betis participando en tres de los cuatro goles del equipo. Igual que el moañés en los tres del Celta del pasado domingo. Los dos son delanteros móviles, pero la calidad viste de celeste en ese caso.

Sea casualidad o no, Villalibre lleva el 20 a sus espaldas, el número de Aduriz. Desde la retirada de Aritz, el Athletic buscaba un nueve de referencia, posición que había asumido Raúl García. Pero a sus 34 años, el exAtlético no encontraba la senda del gol y Garitano optó por el relevo generacional y el trompetista (Villalibre es un virtuoso de ese instrumento), que coleccionaba minutos saliendo desde el banquillo, se echó de cabeza para aprovechar la oportunidad. Ante el Betis fue titular por primera vez y firmó 88 minutos de lujo interviniendo en tres de los cuatro goles. Una semana después repitió titularidad en Getafe y el resultado fue su primer gol (de cabeza a saque de córner) y el premio disputar los 90 minutos, algo que no había hecho en sus 33 partidos anteriores con el primer equipo del Athletic.

Ahora se ha convertido en la principal amenaza para los equipos rivales, además de liberar a Iñaki Williams, que puede entrar desde la derecha con más libertad, o a Muniain, que ha crecido en su juego en las últimas fechas.

Un punto de coincidencia

Villalibre puede tener un punto de coincidencia en su juego con Iago Aspas. El céltico nunca ha sido un nueve al uso, sino que siempre le ha gustado moverse por todo el frente de ataque. Con la llegada al once de Santi Mina, aunque el vigués no esté especialmente inspirado de cara al gol, el 10 céltico se siente más cómodo y liberado, una cuestión que todavía multiplica por dos en el nuevo sistema en donde su posición se confunde entre la línea de medias puntas y la de delanteros. Nunca había generado tanto juego como en el duelo ante el Granada.

 

La gran duda para San Mamés es si a Gaizka Garitano ya le ha dado tiempo para idear un plan para neutralizar la nueva posición de Aspas, porque si sale uno de los centrales puede dejar abierto un agujero y si lo hace un mediocentro, habrá campo libre para el escuadrón de medias puntas del cuadro vigués. Un dilema.

Parecido al que puede tener Cuodet a la hora de perseguir a Villalibre a costa de que Williams, Muniain o Álex Berenguer puedan aparecer en posición de remate.