«Gracias por no darme una patada, boludo; fue un marcaje espléndido»

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA POR LA FAMILIA CASTIÑEIRAS

Gelo Castiñeiras recuerda los elogios que recibió de Maradona tras el Barça-Celta de 1982

27 nov 2020 . Actualizado a las 20:29 h.

El 21 de noviembre de 1982, un céltico de 23 años se convertía en el protagonista del Barcelona-Celta al lograr anular a Maradona. Lo dicen las crónicas de la época y el protagonista, Gelo Castiñeiras, cuenta que el propio Pelusa le reconoció el mérito. «Me felicitó al final del partido: 'Gracias por no darme una patada, boludo. Fue un marcaje espléndido'. Es palabra suya y te queda para toda la vida», dice.

Gelo asegura que, pese a su admiración por el astro argentino, él no tenía «miedo a nadie». «Lo que me ponía en tensión eran los entrenadores. En un caso como ese, de tener que enfrentarte al Barcelona de Maradona, la semana anterior ya te estaban comiendo la cabeza aunque tuvieras otro partido antes», comenta. Pero su filosofía era saltar al campo y «hacer lo que tienes que hacer».

Ese fue su planteamiento ese día: hacerlo lo mejor posible. Y salió bien. «Marcar a Maradona, y más fuera de casa, tenía que ser a cara de perro. Así andaba yo detrás de él», comenta. Consciente de que «si le dabas algo de libertad, una vez que cogía el balón, ya podías olvidarte porque te hacía de todo», él tenía como principal premisa la anticipación. «Durante el partido iba todo el tiempo con él. Me decía: ‘Déjame ya, boludo’».

Castiñeiras recuerda los elogios de los compañeros en el vestuario y en la prensa en los días posteriores. «Los periodistas hablaban de mí por ese marcaje como si fuera un dios», relata. Pero el Dios, recuerda, era él. «Claro que lo admiraba, era un ídolo. Es una noticia que se recibe muy mal al irse tan pronto», indica al tiempo que señala que había llevado «un tren de vida muy alto».

«Impecable, firme en el anticipo, correcto en la contención y con una soberbia limpieza», indicaba La Voz sobre él en la crónica del partido. «Gelo anuló los 90 minutos a Maradona sin propinarle una sola patada ni cometerle una sola falta», le alababan. En la previa, el céltico se había deshecho en elogios a Diego Armando: «Es un superclase, un jugador excepcional. Todo lo hace fácil y es una papeleta marcarle», decía admitiendo que solo lo había visto por la tele.

Orgulloso de aquel mítico marcaje a Maradona, Gelo tira de humildad 38 años después y no pasa por alto la segunda parte de la historia: «Aquel 2-2 estuvo muy bien, pero en la vuelta en Balaídos perdimos 0-4». Y Maradona aún se las vería con el Celta -ya sin Castiñeiras- una vez más, ya en 1992, marcando y dándole el triunfo esta vez al Sevilla.