Rentabilidad sin período de gracia

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

DIEGO VARA

Coudet, que no tendrá un tiempo de adaptación, debe encontrar los caminos del gol, cerrar el grifo defensivo y convertir al Celta en un equipo reconocible y ganador

11 nov 2020 . Actualizado a las 08:23 h.

Eduardo Coudet llegará a Vigo con la maleta cargada de asuntos pendientes. El primero, recuperar la confianza de una plantilla sumida en un mar de cambios y anclada en las profundidades clasificatorias. Una de sus primeras decisiones, antes del partido de Sevilla, debe ser devolver, o no, la capitanía a Hugo Mallo. A continuación, recuperar a jugadores como Okay y en el plano colectivo hacer del Celta un equipo reconocible y competitivo. Pero también se encontrará con los problemas denunciados por sus predecesores, especialmente por Óscar García: un plantel descompensado, con importantes carencias en determinados puestos, que es el menos goleador de la liga y el más goleado. Y de paso, el argentino debe apurar su adaptación, porque la situación del cuadro celeste no permite un período de gracia.

¿Devolverá Coudet la capitanía a Hugo Mallo?

No sería de extrañar que devolver la capitanía a Hugo Mallo fuese la primera decisión del argentino cuando tome posesión como entrenador del Celta. Por tender un puente de paz e incluso atender alguna recomendación desde la zona noble del club. Lo que menos le interesa a un recién llegado es mantener las fuentes de conflicto.

¿Jorge Sáenz y David Costas pueden volver a contar?

Que los dos centrales recuperen en protagonismo no parece algo muy probable. En primera instancia, porque suena más a una cuestión de club como se repitió con otros jugadores en un pasado reciente (ninguno de los dos quiso salir en el mercado estival) y en segundo, porque en teoría tienen a cuatro centrales por delante incluyendo a José Fontán.

¿Seguirá contando con los canteranos en dinámica del primer equipo?

Otro asunto que debe decidir cuando los conozca sobre el terreno, pero teniendo en cuenta la filosofía de club (en este sentido inalterable) lo normal es que siga potenciando la cantera y sus apariciones en Primera División, pero descargándolos de toda responsabilidad.

¿Qué jugadores tiene que recuperar para la causa?

El primero a Okay Yokuslu, que pasó desapercibido el último mes de competición. Tapia se ha convertido en titular indiscutible pero el otomano, por el que el Celta pagó en su día seis millones de euros, debe tener más protagonismo y al menos debiera ser un recambio de garantías. La presencia de Baeza también decayó en los últimos tiempos, igual que la de Emre Mor. Brais Méndez debe ser otro jugador a potenciar.

¿Qué se encontrará Coudet en Vigo?

A una plantilla cuyos jugadores de un modo mayoritario llevan tres años ubicados en el abismo con la pérdida de confianza y la carga emocional que eso conlleva. Muchos de ellos han sido testigos del baile de entrenadores desde el adiós de Berizzo. Ellos también necesitan estabilidad y continuidad en cuanto a su jefe más directo se refiere.

¿Encaja su apuesta balompédica con los mimbres que tiene?

Coudet se encontrará con los problemas de sus predecesores. El 4-2-3-1 parece su dibujo preferido salpicado con el 3-5-2, dos ideas que Óscar García ya puso en práctica, aunque en cuanto a juego, la mejor versión llegó cuando se atrevió con el 4-3-3 y todos los jugones dentro del campo. En cualquiera de los escenarios debe asumir que se encontrará sin jugadores específicos de banda a excepción de Nolito.

¿Puede asentar la presión alta y el gen competitivo?

Serán dos de sus mayores retos. La presión alta tras pérdida y el ataque vertical se han convertido en las dos armas más codiciadas y efectivas del fútbol actual, pero Óscar García no consiguió asentar esa idea de juego y el equipo acabó por dejar de ser reconocible. Dotarlo de una entidad propia es una cuestión que no admite demora.

¿Cómo puede solucionar Coudet los problemas de cara al gol?

Salvo que le traigan un nueve llovido del cielo, parece una cuestión de difícil solución. Se supone que antes de aceptar el argentino sabía que la plantilla del Celta no tiene un nueve puro y que Santi Mina y Iago Aspas son los únicos jugadores disponibles para esa demarcación. Con Óscar García quedó claro que no era una cuestión de remate o de oportunidades, sino de conversión. Al Chacho le corresponde ahora encontrar los caminos del acierto.

¿Y cómo se recupera la fiabilidad defensiva?

Otro reto. Tapar el agujero atrás fue lo primero que hizo el técnico catalán cuando llegó, pero ese boquete volvió a abrirse esta temporada y el Celta es el equipo más goleado de la competición. Recuperar la mejor versión de Murillo y que Araujo recupere el terreno perdido parece la mejor solución. Coudet debe conseguirlo nada más llegar.

¿Tendrá tiempo de adaptación?

No. La liga y la situación del Celta no entiende de márgenes y el equipo debe buscar puntos desde el primer día en el Nervión. Coudet llega a Europa avalado por los éxitos en Sudamérica, pero lo mismo pasaba con Antonio Mohamed y el Turco demostró no estar a la altura de la exigencia del fútbol europeo. Berizzo también llegó a Vigo tras hacer a un humilde como O’Higgins campeón en Chile, pero estuvo al borde del despido en el primer semestre. La gran diferencia es que Coudet es ahora el relevo y no tendrá el margen de adaptación de sus compatriotas.

¿Puede hacer del Celta un equipo reconocible?

No es una opción, sino una obligación. Dotarlo de personalidad propia debe ser una prioridad en su desembarco. Que el celtismo sepa a lo que juega su equipo desde el primer día. El modelo está cada vez menos claro.

¿Cuál debe ser su relación con la zona noble?

No estaría de más que el Chacho siguiese el camino iniciado por Óscar García de intentar ganar parcelas de poder en el ámbito deportivo. Los entrenadores en el Celta siempre han ocupado un tercer escalafón. Dado el escenario, parece un buen momento para intentar cambiarlo.