Un paso fugaz con continuación 17 años después

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Coudet llegó al Celta cedido por River en agosto del 2002, pero se marchó cinco meses más tarde

11 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Eduardo Coudet se suma a la lista de entrenadores que antes habían sido futbolistas del equipo vigués. Aunque en su caso, su etapa de corto en Vigo destaca por breve: apenas cinco meses en los que disputó un total de catorce encuentros. Cedido por River Plate, la experiencia no fue lo que esperaba y él mismo decidió hacer las maletas en enero del 2003 y emprender el camino de regreso a Argentina.

De su país había querido escapar en agosto del 2002 por la inseguridad que se vivía. El diario Clarín hacía pública entonces una conversación entre él y el presidente del club en la que le decía: «No puedo seguir viviendo acá. Me voy como sea. Por favor, entendeme». Atormentado por los continuos secuestros a familiares de futbolistas -él mismo sufrió un asalto a mano armada el junio anterior a su llegada-, presionó para salir y así pudo cerrarse, in extremis, su incorporación al club, sobre la bocina respecto a la fecha límite para inscribir jugadores en UEFA.

Aunque llegaba como sustituto de Karpin, que acababa de finalizar su etapa en Vigo, ya decía en su presentación que no quería comparaciones. Y mostraba su ambición. «Mi aspiración primera es sumar dentro de este plantel. Venir a un grupo con aspiraciones importantes es un placer y un reto», proclamaba. Ese curso, con Lotina, el Celta se iba a clasificar para Champions, pero él se fue meses antes, habiendo disputado solo 630 minutos en catorce partidos entre su debut, frente al Burgos en Copa el 11 de septiembre del 2002, y la última vez que vistió de celeste, ante el Racing de Santander el 15 de diciembre del mismo año.

La sensación que dejó a su marcha fue que las dificultades para adaptarse habían sido su mayor obstáculo. Porque llegaba como un ídolo en River que marcaba diferencias, y poco o nada de eso se vio en Vigo. Y la falta de minutos pesó más que la situación de su país, que no había cambiado. Tampoco le movió el dinero, pues en el Celta cobraba tres veces más. «Sé que las cosas en mi país no están bien, pero es una decisión personal», decía al tiempo que admitía que su familia no estaba «de acuerdo al 100 %» con ella.

El Chacho comentaba también que la continuidad era clave para demostrar lo que podía dar y que no lo había logrado. «No me arrepiento de venir acá ni tampoco ahora de regresar», aseguraba. Desde ese momento, no volvió a probar suerte en Europa, ni como futbolista ni tampoco luego como entrenador. Hasta ahora. 17 años después, el fugaz paso por Vigo de Eduardo Coudet tiene continuación como técnico 17 de la era Mouriño.