La etapa del vallesano en Vigo se salda con 35 partidos dirigidos, de los cuales seis terminaron en victoria del Celta, 17 en empate y doce en derrota. Deja al equipo fuera de los puestos de descenso, en la misma decimoséptima posición en que terminó la temporada pasada, cumpliendo entonces in extremis el objetivo de la permanencia. Los movimientos del club en el mercado no habían cubierto las expectativas del técnico, pese a lo cual comentaba la semana pasada a la Radio Galega que nunca se planteó dimitir.