El Celta acumula 316 minutos sin ver la portería rival

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Mercedes Moralejo

El último tanto fue antes del descanso en Valladolid, el pasado 27 de septiembre

18 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La falta de gol ya se le intuía al Celta una vez cerrado el mercado sin el fichaje del ansiado delantero que acompañase a Iago Aspas y se ha corroborado por la vía rápida. En seis jornadas los célticos solo han sido capaces de marcar tres goles, todos ellos de Iago Aspas, y están en sequía desde la tercera jornada, cuando el moañés se inventó un gol de bandera en el minuto 44 del primer tiempo. Desde entonces han pasado 316 minutos en barbecho.

Frente al Atlético no fue una cuestión de ocasiones, algo que apenas existió en El Sadar en el anterior partido. Ante el conjunto de Simeone los vigueses realizaron 15 disparos a la portería rival y cinco de ellos fueron entre los tres palos y un sexto se fue a la madera (el equipo lleva cuatro en esta liga), pero los delanteros no tuvieron su día una vez más.

Santi Mina pudo ser el hombre del partido al disponer de las dos ocasiones más claras, pero no acertó en ninguna. En la primera, estaba bien colocado en el lanzamiento de falta de Olaza, sin un solo defensor del equipo colchonero encima, pero su remate de cabeza fue centrado y le cayó en las manos a Oblak, que una vez más demostró su nivel en Balaídos.

La segunda intentona incluso parecía más fácil con un uno contra uno, muy centrado, ante el portero esloveno, pero de nuevo el meta le ganó la partida y terminó desviando el balón. Ya cansado, en el segundo tiempo, incluso tuvo una nueva oportunidad en una contra, pero el balón de Nolito era imposible para su carrera. Se hubiera quedado a puerta vacía. En esa ocasión el portero estaba vencido.

Nolito, otro hombre con gol para el ataque, está rindiendo a un buen nivel en cuanto a sacrificio y participación en el juego, pero le falta confianza de cara al gol. Lo demostró en el lance con Mina, en donde no se atrevió a tirar en una posición en donde en otra ocasión sacaría su rosca característica.

El partido confirma que el Celta depende de Iago Aspas exclusivamente en ataque y que un catarro del 10 podría convertirse en un drama para el equipo. Ayer, con el brazalete de capitán, volvió a bajar para generar espacios y juego y apenas tuvo ocasiones reales de peligro, pero fue una pesadilla para la zaga rival. El problema es que no puede multiplicarse y se fabrica el juego no puede rematarlo.

La situación podría reabrir de nuevo el debate sobre la posibilidad de fichar a un delantero en paro, un aspecto del que se habló después del cierre de mercado y que parece en suspenso por el momento, pero el conjunto necesita gol. Frente al Levante debe acabar con la sequía.