Un trío con deberes pendientes

LA VOZ VIGO

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El Celta, ante la falta de fichajes, necesita subir el nivel de su plantilla actual y jugadores como Denis, Santi Mina y Brais deben dar un paso adelante

16 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A la espera de una nueva apertura de mercado, solo existe una vía para que el Celta dé el paso adelante que tanto necesita para no vivir con el descenso en los talones: que la plantilla aumente el nivel de un modo conjunto, pero específicamente jugadores como Santi Mina, Denis Suárez o Brais Méndez, tres canteranos cuyo rendimiento no ha estado acorde con su estatus en los últimos tiempos.«El objetivo del club es permanecer un año más en Primera. Podemos tener aspiraciones más altas, dependerá de que cada jugador suba su nivel, si aumentamos el nivel individual y lo llevamos a lo colectivo, el equipo va a funcionar», comentó el salcedense al medio mexicano Esto.

Es Denis uno de los futbolistas celestes con deberes pendientes desde su regreso. El centrocampista ofensivo comenzó como un tiro el curso pasado, pero las molestias de tobillo le truncaron un año que acabó hecho añicos con la lesión de Mallorca, que incluso arrastró durante la pretemporada del ejercicio en curso. De hecho fue al banquillo en el primer partido de esta liga porque estaba corto de preparación y en los cuatro siguientes ya fue titular.

«A partir de ahora se empezará a ver un mejor Denis y un mejor Celta. Llegué bastante justo, pero cada vez me encuentro mejor, si dejo los problemas físicos que he tenido, no creo que sea difícil mejorar el rendimiento del año pasado», indicó.

Denis jugó la pasada temporada 26 partidos, 20 de ellos como titular, pero se perdió un buen puñado de jornadas por lesión. Pese a ello, igualó los números de su mejor curso en el Barcelona, en el que también había disputado 26 encuentros, aunque solo 12 como titular, con un gol, igual que con el Celta, con quien marcó en el Sánchez Pizjuán.

En el último lustro su mejor temporada la protagonizó con el Villarreal en el ejercicio 15/16, con 33 partidos (25 en el once) y cuatro goles. Esos números son los que necesitan de Denis los vigueses.

El Celta también suspira por la mejor versión de Santi Mina, la que sacó a la luz el vigués en el curso 17/18 como futbolista del Valencia, en donde se erigió en el gran revulsivo del equipo de Marcelino García Toral. Aquella temporada batió su registro goleador anotando 12 dianas en Primera División después de participar en 32 partidos de liga, 17 saliendo desde el principio. La temporada pasada, en su regreso a Vigo, se quedó a la mitad en cuanto a goles: 6 en 34 citas, 21 de inicio. La gran diferencia está en la media: si como ché en su mejor año marcaba un gol cada 129,5 minutos, en su regreso a casa va mucho más allá del doble: 323,6 minutos. El año que se marchó (julio del 2015) había firmado siete goles (uno cada 164,7 minutos).

Santi Mina, además, tiene este año una doble responsabilidad. La primera, redimirse a nivel personal después de la fuerte apuesta del Celta por recuperarle en un trueque con Maxi Gómez, que en el mismo espacio de tiempo marcó 12 goles con el Valencia (nueve el curso pasado y tres en el actual). El segundo, ejercer de segundo delantero de la plantilla ante la falta de más efectivos en ataque. Mina debe acostumbrarse a combinar con Iago Aspas (si el técnico elige jugar con dos delanteros) y a suplir con garantías al moañés cada vez que sea necesario.

Por el momento no inició la liga con el mejor pie. Cuatro participaciones en cinco partidos y todas ellas saliendo desde el banquillo. Acumula 70 minutos de juego en total.

El tercer pilar del que necesita un paso al frente el Celta también forma parte de la factoría de A Madroa. Brais Méndez irrumpió a la carrera en el primer equipo, y todavía con ficha del filial, en el ejercicio 17/18 de la mano de Unzué y fue al año siguiente cuando firmó su mejores números con 31 partidos de liga (27 de inicio) y seis goles en su haber. El último en Huesca el 4 de marzo. Fue esa temporada cuando la selección llamó a su puerta por primera y única vez, por el momento.

Desde entonces el rendimiento del mosense se ha resentido. El curso pasado repitió el mismo número de partidos (31) pero sus titularidades descendieron de un modo drástico hasta 15 y el gol desapareció del mapa. Esta temporada comenzó como titular en Ipurúa, pero sus dos incursiones siguientes en el campo ya fueron desde el banquillo e incluso en los dos últimos partidos se quedó sin jugar minuto alguno. Su zurda tiene mucho que decir en un año tan complicado, pero el Celta necesita ya que recupere todo su esplendor. Los tres se antojan fundamentales para salvar el curso.

Emre Mor se convierte en otro asunto pendiente

Cinco jornadas después de su regresó con propósito de la enmienda y con una buena tarjeta de presentación tanto en pretemporada como en el primer partido ante el Eibar, el rendimiento de Emre Mor sigue siendo un asunto pendiente. El turcodanés es otro de los jugadores que deben dar un paso al frente en este escenario de crisis, pero la aportación del mediapunta ha ido menguando con el paso de los encuentros.

Mor comenzó disputando 85 minutos en Ipurua, en el estreno en casa ante el Valencia se fue malhumorado en el 71 y en Pucela y ante el Barcelona estuvo una hora en el campo. En El Sadar visitó por primera vez el banquillo y salió al campo en la media hora final. En total suma 305 minutos en cinco partidos, muy cerca de la marca de la última temporada en Vigo: 367.

Pero más allá de los números, el Celta necesita resultados con Emre Mor. Que su verticalidad y su uno contra uno comiencen a ser decisivos en los últimos metros del campo. Especialmente ante defensa rígidas y contundentes como la que le espera mañana con el Atlético enfrente. Una nueva reválida para él.