La ambición mata al Celta

GRADA DE RÍO

Manuel Bruque

Con el empate Óscar arriesgó en busca del triunfo prescindiendo de un central y el Valencia aprovechó un rechace para ganar

01 feb 2020 . Actualizado a las 23:29 h.

La ambición mató a un buen Celta en Mestalla. En un partido notable y con los vigueses cerca del gol, Óscar García prescindió de uno de sus tres centrales y poco después el Valencia marcó el gol del triunfo por mediación de Soler. Un lance que tira por tierra todo el trabajo del equipo céltico, que en absoluto desmereció a un rival de Champions, pero la agónica situación no entiende de méritos, sino de puntos, y ahí el Celta sigue anclado, sumando ya ocho jornadas sin ganar y estará una semana más en una zona de descenso que cada vez correr más el peligro de desconexión con respecto al resto de la tabla.

El Celta saltó a Mestalla con la misma disposición táctica del Camp Nou (un 5-3-2 como sistema táctico) pero con otra idea. Coincidiendo los tres centrales de la convocatoria para mantener a raya a Maxi Gómez y demás arsenal ché y con el Toro Fernández de acompañante de Aspas para liberar al moañés en ataque. Y Iago fue el faro de un equipo vigués que ganó metros a medida que pasaba el partido hasta hacerse con la posesión, pero las ocasiones reales las tuvo el Valencia y las desvió Rubén con dos paradores. El primero cual portero de balonmano (por algo patrocina el equipo de su hermana) sacando una pierna prodigiosa ante el remate de Daniel Wass y después con una estirada espectacular para negarle el gol al debutante Florenzi.

El Celta no tuvo el mismo colmillo. Tuvo más el balón, pisó más el campo contrario pero su bagaje se ciñó a un disparo centrado de Aspas y un centro chut de Kevin que bloquearon los locales cuando Beltrán lo tenía todo a favor.

El segundo tiempo estaba siendo celeste, con los vigueses tocando con criterio en campo contrario y creando ocasiones claras de peligro. La primera, una contra protagonizada por Aspas de campo a campo que acabó con despeje de Jaume Doménech. Fue el diez celeste el encargado de mover el equipo, que fue capaz de meter el miedo en el cuerpo a los de Celades, especialmente en una falta directa en la media luna que él mismo botó y que Dani Parejo sacó sobre la línea de gol. Con esa superioridad de los visitantes el portero valencianista tuvo que intervenir en dos ocasiones ante el Toro.

Todo pintaba de color celeste y en una situación tan complicada el punto se antojaba poco premio pese a la enjundia del rival. Por eso Óscar prescindió de Araujo para meter en el campo a Pione Sisto pasando a jugar con un 4-1-4-1. Y por ahí llegó la derrota. El Valencia encontró la banda izquierda desprotegida, Rodrigo luchó por un rechace y Soler llegando desde atrás colocó el balón lejos del alcance de un soberbio Rubén.

Con el 1-0 en contra el Celta llenó de atacantes el campo (debutó Smolov y entró Santi Mina) pero las únicas ocasiones llegaron a balón parado y en ambas (una de Olaza y otra de Aspas) Doménech impuso su criterio. Parece que el Celta encontró el camino, pero el drama continúa.