Maxi se le ve en Uruguay como un delantero de proyección, con grandes expectativas de futuro. Tuvo bastante repercusión su actuación frente al Barcelona, por el resultado del partido y por su presencia y su protagonismo en el ataque del Valencia más allá del penal que no pudo convertir.
Aquí, ya desde su surgimiento en Defensor Sporting, se le vio como una suerte de suceso de Luis Suárez, pero creo que hay que dar tiempo al tiempo. Es un delantero muy importante, no digo que ideal, pero sí típico para el juego europeo: de muy bien físico, excelente cabezazo y todas esas características que, además, va puliendo, como es lógico, con el paso del tiempo.
Creo que a medida que el paso del tiempo vaya generando dificultades que aparecen con más continuidad en Suárez y Cavani, Maxi irá ganado espacio. Pero no hay que ponerle el rótulo de sucesor, porque eso sería una carga pesada e inútil que no iría en beneficio de nuestra selección ni tampoco le haría bien al jugador.
No tengo duda de que Maxi puede ser en el futuro el delantero titular de la selección de Uruguay, pero siendo él mismo, sin la exigencia de tener que parecerse a Luis Suárez ni a nadie.
