El sueño cumplido de ver al Celta en Calahorra... de dos celtistas

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA

Blas Rodríguez, moañés residente en Tafalla desde hace 20 años, estará en La Planilla con su hijo y también celtista para seguir el duelo de Copa

19 dic 2019 . Actualizado a las 08:45 h.

El día que se celebró el sorteo de la primera eliminatoria de Copa, Blas Rodríguez Costa y su hijo Brais cruzaban los dedos para que el rival que correspondiera al Celta fuera Peña Sport o Peña Azagresa. «Lo primero que dijo mi hijo al conocer el resultado fue: ‘Iremos a verlo, ¿no?’, cuenta el progenitor, moañés de 53 años y residente en Tafalla (Navarra) desde hace casi 30. «No tengas ninguna duda», fue su respuesta. 

Y efectivamente, ambos formarán parte hoy del reducido grupo de celtistas que presenciarán el debut del equipo en el torneo del ko. Arreglados los turnos en el trabajo y con las entradas en su poder, afrontan con entusiasmo esta oportunidad de ver al equipo in situ en un partido diferente. «Nos hace una gran ilusión ver al Celta en un campo y contra un equipo modesto, si encima lo hace contra un navarro como es la Peña Azagresa, doble alegría», dice Blas.

Padre e hijo, que suelen viajar a Moaña cada verano, también se desplazan alguna que otra vez durante la temporada con el equipo. «Cuando tenemos oportunidad hemos estado en San Sebastián y también en Pamplona, aunque ahora hacía tiempo que no coincidíamos en la misma categoría con Osasuna», indica. Sus otros dos hijos «han salido rojillos, como su madre», comenta divertido, mientras que a Brais lo ha «ganado para la causa».

Siendo moañés, la predilección por Aspas era aún más inevitable en el caso de Blas. «Pensamos que no iba a venir y encantados de que al final esté», cuenta confesando que comparte grupo de gente de su barrio de Moaña con los dos hermanos mayores de Iago, Urbe y Jonathan, y que ya había intentando sonsacarles sobre la presencia o no del delantero.

En cuanto a la eliminatoria, Blas descarta casi por completo la sorpresa. «Si nos eliminan igual no voy ni a trabajar del vacile que me voy a llevar», desliza. Pero no lo contempla: «Incluso pensé que iba a dejar más artillería en casa. Supongo que vendrá a solucionar cuando antes. Luego hay que competir, pero la diferencia tiene que notarse y no debería haber problema a pesar de cómo andamos en la Liga».

Aunque a unos 50 kilómetros de distancia, Blas tiene vínculos con Azagra -el hijo de un compañero juega en el equipo, sin ir más lejos- y constata la «euforia» que se ha desatado en el municipio con la visita del Celta. Los Rodríguez Costa estarán en minoría en Calahorra, pero se encargarán de garantizar que tampoco un jueves a las 19.00 horas en La Planilla los célticos estén solos. A la misma causa contrubuirá la Peña Burgalegos, representada con uno de sus peñistas.