Verticalidad para salir del descenso

x.r.c. VIGO

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

El Celta afronta la segunda oportunidad para abandonar la zona roja, en una final anticipada ante el Mallorca

15 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Segunda opción para salir del descenso. Después del naufragio de Butarque el Celta tiene la oportunidad de redimirse a costa del Mallorca, un equipo que compite en Primera División con la base del ascenso y que vive fuera de la zona roja, pero que lejos de casa tiene su talón de Aquiles.

Pero para volver a la senda de la recuperación el Celta necesita dar un paso adelante en el partido de la sobremesa dominical. Para comenzar, no puede llegar tarde a una cita crucial. Frente al Valladolid y Leganés se ausentó en el primer tiempo y lo terminó pagando con un punto de seis posibles. La segunda premisa para invertir la tendencia es la velocidad y la profundidad. Frente a equipos tan cerrados como ordenados, los celestes no se pueden perder en una improductiva sucesión de pases horizontales, sino que necesitan intensidad, presión y verticalidad, la única manera de desarmar a este tipo de equipos.

La contienda también será una reválida. Mucho se habló a lo largo de la semana del rendimiento del plantel y especialmente de los actores de la operación retorno, que pasó de ilusionar a ser foco de preocupación. También se somete a juicio el efecto Óscar García Junyent, que fue un soplo de esperanza en los dos primeros partidos pero que tras la derrota de Leganés también ha pasado a integrar el profundo saco de las dudas celestes.

Con este panorama, todo indica que habrá algún cambio en la formación inicial, pero no muchos. El de Denis será obligado al no entrar en la convocatoria por lesión, lo que deja el flanco izquierdo para Pione Sisto, uno de los más implicados en las últimas fechas. Tampoco se puede descartar un movimiento en la sala de máquinas para que Lobotka recupere la titularidad después de cederle el testigo a Okay en el sur de Madrid. Pape y Rafinha, si el campo lo permite, parecen dos fijos para dotar de músculo y calidad a la medular.

En ataque el Celta tiene un doble reto. El más importante, mejorar su ratio realizador como local, el peor de toda la competición, con tan solo cuatro goles a favor. El segundo, que Iago Aspas se estrene como goleador ante el Mallorca y dé un paso para revalidar su etiqueta de máximo anotador español de un año natural, condición que ahora peligra al aventajarle el getafense Jaime Mata en una diana (16 frente a 15).

En donde no puede haber ninguna duda es en la portería. El Celta vive un auténtico drama con sus guardametas y dos de los tres tienen lesiones de menisco, lo que significa que Rubén Blanco no tiene derecho ni a un resfriado.

La principal amenaza del Mallorca será el japonés Kubo, la nueva perla del Madrid (que lo tiene cedido a los bermellones) después de que el extremo creciese en La Masía. Kubo y el acierto de Ante Budimir (autor de cuatro de los cinco goles del equipo a domicilio) son las referencias del equipo de Vicente Moreno, que derrochará orden. Un rival directo para una final antes de Navidades.