Los rostros de la impotencia

míriam v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

La frustración de Denis en el banquillo o la desesperación de Aspas reflejan el momento del equipo

04 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Corría el minuto 64 de partido cuando Fran Escribá efectuó el primer cambio en la derrota de ayer frente al Getafe. El valenciano optaba por dar entrada a Pione Sisto en el lugar que dejaba Denis Suárez y el salcedense protagonizó la que seguramente es la imagen de la tarde. El canterano, desolado, se sentó en un extremo del banquillo tras un nuevo encuentro en el que no le salieron las cosas. Y van unos cuantos después del arranque de temporada esperanzador que había protagonizado uno de los fichajes que más expectativas despertaron el pasado verano.

Denis, visiblemente abatido, se cubrió la cara con el abrigo durante un buen rato mientras era objetivo de las cámaras televisivas. A su lado, el jefe de los servicios médicos del Celta le dirigía unas palabras tratando de darle ánimos, aparentemente sin éxito. El céltico pasó unos segundos sin querer siquiera saber cómo transcurría el resto del partido. La imagen de tristeza de un futbolista llamado a ser estrella del equipo esta temporada y celtista reconocido representaba a la perfección lo que seguramente sentían muchos de los aficionados del Celta ayer.

Xoán Carlos Gil

Fran Escribá, antes de su cese, fue preguntado en la rueda de prensa posterior al partido por esa imagen de Denis y, aunque dijo que no sabía «cómo había sido», la valoró en función de las referencias que se le dieron de un futbolista destrozado y con signos de frustración. «Tampoco sirve luego quejarse o hacer gestos. Nuestra obligación es afrontar los problemas. No podemos escondernos, sino levantar la cabeza, pensar en el siguiente partido y trabajar mucho», indicó. Además, advirtió: «Si nos miramos unos a otros y nos quejamos de cosas, nos equivocamos».

También al propio Escribá se le pudo ver contrariado a lo largo del partido. Durante la última media hora, sin siquiera levantarse del banquillo como si asumiera que ya había poco que hacer para sacarlo adelante. Las cámaras le captaron también cogiendo una botella y luego lanzándola con resignación. Otro reflejo del sentimiento generalizado de ayer, una jornada más, en Balaídos. Tras ser relevado, a Lobotka se le pudo ver, asimismo, con rostro serio y cariacontecido en el banquillo.

Pero no solo en el banquillo quedo patente la desesperación. Los gestos de contrariedad de Iago Aspas se repitieron en varios instantes del partido, a veces dirigiéndose a sus compañeros como suele hacer. En un momento del encuentro intercambió impresiones en un aparente desacuerdo con Néstor Araujo. Además, protestó con insistencia varias decisiones arbitrales, mostrando clara impotencia.

Durante el partido, Aidoo fue el gran protagonista por el error que costó el único gol del partido. El central ghanés, que luego sería sustituido por Iker Losada en un intento desesperado de Escribá de atacar como fuera en busca del gol, fue otro de los futbolistas a los que sus gestos le delataban. Al defensor le costó sobreponerse al error y se le pudo ver nervios en varios momentos posteriores cuando entraba en contacto o estaba cerca del balón.