Jonathan Vila, frente al club de su vida doce años después

m. v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El excéltico, actualmente en el Coruxo, vivirá el derbi desde el lado verde por primera vez

30 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El partido del sábado frente al Celta B es especial para Jonathan Vila «por todo lo vivido», subraya el canterano del equipo vigués. En su día jugó el derbi contra el Coruxo desde el lado celeste y ahora, doce años después de su último partido con el filial y si unas molestias que viene arrastrando no se lo impiden, se dispone a disputarlo con la camiseta verde.

Si echa la vista atrás, al porriñés se le agolpan los recuerdos cuando se le menciona la etapa del Celta B. «Recuerdo incluso la primera convocatoria y los primeros minutos que tuve aún siendo juvenil. Son cosas que se te quedan grabadas para siempre», admite. Se refiere a un partido del 8 de abril del 2004, cuando con 17 años Javier Maté le dio 17 minutos entrando en el lugar de Jonathan Aspas.

Más allá de eso, rememora «muchos partidos y, aparte de los de competición, recuerdo lo que suponía jugar un amistoso contra el primer equipo, una ilusión tremenda». También le vienen a la cabeza nombres de compañeros de aquella época y revela que con muchos ha seguido teniendo relación a lo largo de los años. «Hay jugadores como Richy, Yavhé, Jesús Varela o Mateo -con quien se ha reencontrado en el Coruxo- con los que he mantenido el contacto, y también con los que subieron conmigo al primer equipo», recalca.

De aquel Jonathan de los comienzos señala que queda por encima de todo «la ilusión». Y si hace balance concluye que el tiempo ha pasado «muy rápido». «En el Celta estuve media vida y siempre le estaré agradecido. Fue una etapa de crecimiento y aprendizaje, en la que me formé como futbolista y como persona. Gracias a aquellos años soy lo que soy ahora», comenta el futbolista.

Luego vinieron otras experiencias también enriquecedoras. «He disfrutado mucho como futbolista profesional, primero en el Celta y luego en otros clubes, otros países y otras ligas», explica. Precisamente su última experiencia antes de recalar en el Coruxo había sido en la India y previamente había estado en el Beitar Jerusalén de Israel. «Esta última etapa fuera fue más difícil, porque cuando ya tienes una familia es más complicado estar lejos», admite sobre la temporada en el FC Pune City indio.

El fichaje por el Coruxo le ha supuesto el regreso a Galicia tras muchos años lejos. «Tocaba regresar y justo recibí la llamada del Coruxo», celebra. Y aunque las cosas en lo deportivo no están yendo como les gustaría y se encuentran en puestos de descenso, el porriñés confía en que le darán la vuelta. «La clasificación a estas alturas no te dice mucho, pero algo sí», asume. En su balance de lo que va de temporada destaca que en casa están siendo fiables, pero están dejando escapar demasiados puntos fuera y ese es el déficit que urge corregir.

El mejor ejemplo de la igualdad que reina en la zona en la que se mueven es que el Celta B, aunque fuera de descenso, tiene sus mismos puntos, lo que concede aún más emoción al derbi vigués del sábado. «Siempre es un partido especial, que mueve a más gente y que todo futbolista quiere jugar», indica. Será su segunda vez contra el filial, al que ya batió cuando jugaba en el Oviedo, y a los vigueses los ve «en una situación similar» a la suya, lo que cree que hará que el partido será «aún más bonito, emocionante y disputado de lo que ya suele ser siempre».