Una derrota tan injusta como reveladora

La voz VIGO

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

El fútbol premia la racanería del Marino con dos goles en el descuento pero al mismo tiempo deja al descubierto la obra pendiente del Celta B

15 sep 2019 . Actualizado a las 15:33 h.

En esta ocasión el fútbol premió la racanería del Marino y el resultado puede considerarse un excesivo castigo para el Celta B, pero eso no tapa la inmensa obra que les queda por delante a los hermanos Montes para construir un equipo filial que no pase apuros en la categoría. A los vigueses en su estreno en Barreiro les faltó profundidad por bandas, velocidad en el juego y capacidad de sorpresa. Se pasaron el partido con el mismo compás y los asturianos montaron el autobús y en una de sus contadas salidas se llevaron su primer triunfo de la temporada después de tres derrotas seguidas.

El Celta B monopolizó pero se empotró una y otra vez el muro del Marino de Luanco y las dos veces que lo consiguió una rendija por la que asomarse en el área rival le faltó acierto. Apeh envió un cabezazo al palo y el portero asturiano sacó una mano salvadora en el segundo remate del ariete celeste. Un disparo ajustado de Gabri completó la hoja de servicios celeste.

El primer tiempo dejó claro que los Montes tienen un montón de trabajo por delante. El filial celeste tiene piezas pero ensamblarlas llevará su tiempo. De entrada solo existió la banda derecha con Sergio Carreira percutiendo una y otra vez y jugadores determinantes como Molina, Moha y sobre todo Sergio Bermejo aparecieron de un modo intermitente, lo que dejó sin continuidad el juego colectivo del equipo vigués, que incluso atrás le dio un par de licencias a un equipo que defendían con los once hombres en campo propio y con dos líneas muy juntas.

La historia no mejoró en el segundo tiempo. Los célticos crearon un par de ocasiones de inicio, una doble ocasión de inicio con un cabezazo de Manu Farrando que desvió el portero y un posterior rechace de Dani Molina que acabó en el poste y un centro desde la línea de fondo de Apeh que Jacobo no acertó a resolver, pero en cuanto a juego ni los cambios le dieron clarividencia a los celestes.

Y cuando parecía que las tablas serían el único botín del partido, el Marino acabó por hacer sangre llevándose el triunfo con dos zarpazos en el tiempo de descuento. Primero Álex Arias tuvo todo el tiempo del mundo para acomodarse el balón en la frontal del área para marcar con un tiro que antes de entrar besó la cepa del poste y en el último suspiro Iván aprovechó un balón muerto en el área pequeña para marcar el segundo.

Otro mazazo para un Celta B que el miércoles debe reaccionar en el partido pendiente ante el Melilla.