Kevin Vázquez fue el último canterano en subir al primer equipo cumpliendo esa regla no escrita de un futbolista de casa por año (como media) pero no está claro quién puede ser el sucesor este verano. Por lo visto en el filial y descartada la opción de Diego Alende, Iván Villar es quien reúne más papeletas, aunque está por ver cómo soluciona Fran Escribá el teorema de los porteros toda vez que Sergio Álvarez cumplirá su último año de contrato y en los tiempos más recientes nunca hubo tres guardametas adscritos al primer equipo (uno siempre tuvo ficha del filial).
En teoría son los laterales los que tienen más proyección (Diego Pampín y Sergio Carreira) pero ninguno de los dos es un producto terminado para dar el salto y quizás necesiten de alguna temporada más en el filial.
Hasta la fecha, y desde el regreso a Primera, todos los años al menos un canterano nuevo se consolidó en el primer equipo.
En la campaña del regreso fueron Jonny y Madinda quienes llegaron. El de Matamá lo hizo jugando un partido al comienzo y convirtiéndose un fijo a partir de la jornada 19. El gabonés tuvo que esperar hasta marzo para debutar en Liga.
Al año siguiente, con Luis Enrique en el banquillo, fueron dos los que se consolidaron: Santi Mina y David Costas. El primero jugó en Primera desde la cuarta jornada y el segundo ya comenzó antes, aunque luego terminó el curso ayudando al filial en Segunda B (tenía ficha del segundo equipo).
La 14/15 fue el primer año de Rubén Blanco como jugador del Celta a todos los efectos, aunque es curso solo disputó los últimos 69 minutos de liga por la expulsión de Sergio Álvarez. Una campaña después la apuesta fue Josep Señé, que llegó al Celta B y que tuvo hueco en el primer equipo dos años consecutivos. Pape, que ya había tenido partidos un año antes aunque alternaba con el filial, se consolidó en la 16/17.
La lista se completa con la irrupción de Brais Méndez de la mano de Unzué en el curso 17/18 y el acceso de Kevin del verano pasado.
