Colofón agridulce para la Reconquista

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

El equipo logró el objetivo, pero no pudo regalar a la afición un buen partido como cierre

19 may 2019 . Actualizado a las 08:04 h.

Balaídos no vivió, al menos no durante el partido, la fiesta que los jugadores aspiraban a darle a su gente tras una temporada de sinsabores. El duelo frente al Rayo acabó siendo durante la mayor parte del tiempo la prolongación o el reflejo de lo visto durante los últimos meses, pero con la diferencia de que el final era feliz. La derrota del Girona y lo lejos que estuvo la posibilidad de recuperar la diferencia de goles así lo dictaban.

La tarde comenzó como las anteriores en Balaídos, quizá con un punto más de tranquilidad por ver la meta casi en el bolsillo. Pero la afición se había movilizado agotando las invitaciones para socios en pocas horas y también respondió a la llamada para un nuevo recibimiento, el quinto consecutivo. Antes, segundo partido con música, cerveza gratis y choripán para calentar motores.

Luego, la bienvenida al equipo no tuvo nada que envidiar a los anteriores. Aunque una bengala se coló por una ventana de Manuel de Castro dando el susto de la jornada, por lo demás el recibimiento volvió a ser idílico. Teñido de azul -con botes de humo-y el rojo de las propias bengalas, centenares de aficionados de todas las edades se dejaron las gargantas y ondearon sus bufandas para impulsar el último capítulo de la Reconquista.

Lo peor vino durante los 90 minutos, sobre todo los primeros 45. Entre que la imagen del equipo no fue la esperada y que las decisiones de Mateu Lahoz desesperaron a la grada, el partido parecía condenado al desastre. En la segunda mitad aparecería Iago para hacer levantar al público de sus asientos y rendirse a él una vez más.

Discursos y emoción

Tras el duelo, como ya viene siendo habitual durante toda la campaña de A Nosa Reconquista, los jugadores se acercaron a la afición. En este caso, y pese al objetivo conseguido, el capitán comenzó pidiendo disculpas por a la hinchada para luego agradecer su apoyo y apelar a que continúe la unión que se ha creado en estas últimas semanas.

En esa misma idea incidirían luego Gustavo Cabral y Sergio Álvarez, que en los dos casos cogieron el micro por aclamación popular. El argentino recordó la temporada del 4 % y el apoyo que recibieron ese año incluso en los entrenamientos y deseó que esa unión siga. Lo mismo hizo O Gato de Catoira, el más aclamado, y que tuvo que parar un par de veces por la emoción. Hubo también gritos pidiendo la dimisión de Mouriño y consignas como «Sergio sí, Mouriño no».