Chocolatada, mucho humo y banderas al viento en la fiesta de Balaídos

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

Equipo y afición volvieron a mostrar una comunión perfecta por tercera semana consecutiva

20 abr 2019 . Actualizado a las 19:35 h.

El celtismo vivió una jornada en la que, quitando el sufrimiento de los minutos finales del partido, nada pudo salir mejor. Poco antes de las 10.00 los más madrugadores comenzaban a asomar tímidamente en busca de la chocolatada prometida, que se empezó a despachar con puntualidad.

Y a medida que pasaban los minutos llegaban más y más aficionados, de todas las edades y en su mayoría bien uniformados con camisetas o bufandas, que iban tomando posiciones para un nuevo recibimiento que nada tuvo que envidiar a los anteriores. Multitudinario y colorido, quizá con exceso de humo para algunos de los presentes que acabaron usando las bufandas para taparse la nariz, fue la bienvenida soñada.

Jugadores como Iago Aspas y Gustavo Cabral agradecían al público dirigiéndole aplausos al bajar del autobús. Otros como Lobotka, Kevin o Fran Beltrán daban las gracias en sus cuentas de Instagram antes de empezar el partido.

Ya dentro, con las banderas que se repartieron tiñendo todo de celeste, los instantes de silencio fueron contados ya desde antes del inicio. Incluso el himno se cantó durante más tiempo del previsto por un fallo de sonido. Las gargantas estaban listas y los más de 20.000 de Balaídos comenzaron a rugir pronto y ya no pararon.

Si acaso se hizo el silencio durante unos instantes mientras el VAR decidía sobre el gol del Girona. En minutos que se hicieron eternos hubo tiempo para los silbidos que pedían premura en el anuncio de una decisión que no fue la deseada. Pero después llegaría el gol de Boufal para hacer olvidar todo. Aunque eso no ocurría hasta el 96, cuando el árbitro decretaba el final y se confirmaba que tres puntos vitales se quedaban en casa.

Por tercer partido consecutivo, tantas como victorias seguidas van en casa, la plantilla salió tiempo después de finalizado el partido para cantar y celebrar con su público. De uno de los peores momentos del equipo en los últimos años ha nacido una comunión entre ambas partes que roza la perfección.