Medio siglo de pasión celeste

P. Bretal RIBEIRA / LA VOZ

GRADA DE RÍO

CARMELA QUEIJEIRO

La peña celtista noiesa festejó su 50 aniversario con un multitudinario acto con proyecciones audiovisuales y debates

19 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay pasiones y amores que duran una noche, un par de días, meses, años e incluso toda la vida. Este último período se acerca más a lo que siente cada uno de los 170 miembros de la Peña Celtista de Noia por el escudo celeste. Prueba de ello fue el multitudinario acto que tuvo lugar en el coliseo Noela y que congregó a centenares de asistentes para debatir, visionar distintos documentales y piezas audiovisuales y galardonar a los 11 socios fundadores -con una insignia de plata y un diploma- que, en 1969, forjaron un legado que acaba de cumplir medio siglo de vítores incondicionales.

«Do 1969 ao 2019, este aniversario merecía unha conmemoración desta magnitude», explicó Moncho Vidal, presidente de la peña, quien nunca ha dejado de trabajar incansablemente junto a su vicepresidente, José Ramos. Han tenido el honor de ceder documentos únicos a los archivos del Celta, como la autorización del Goberno Civil que permitió la constitución del grupo.

La jornada contó con invitados especiales como Kevin, el lateral derecho del club olívico, o el histórico Vladimir Gudelj, que ahora ejerce de delegado. Tampoco faltaron al acto el alcalde noiés, Santiago Freire, así como los concejales de las áreas de Deportes, Ramón Santos, y de Cultura, José Pérez.

Tal y como explicó Moncho Vidal, la quedada fue algo más que una reunión de socios o de meros forofos de unos colores. Funcionó como un ágora en la que se recordaron los cambios en el deporte rey: «Dende as botas ao campo de fútbol, cantos xogadores non terían dado un salto de calidade con recursos desta época?». Mas no solo se refirió al hecho de contar con entrenador de porteros o masajista, sino a la profesionalización estratégica y los cambios de esquemas tácticos en las alineaciones.

Fútbol moderno

El aniversario también simbolizó un ejercicio de crítica a todos los problemas del fútbol moderno que se ciernen sobre los peñistas y su razón de ser: «Para nós pasou de branco a negro, sobre todo nos horarios, como pagan empresas e televisións dálles igual que o campo estea baleiro».

Tras los actos en el Noela, los asistentes disfrutaron de una comida de fraternidad en el Liceo de Noia, acompañada por los compases de la orquesta Finisterre. Y sobre la permanencia del Celta y las botas de Aspas, nadie mostró duda alguna de que el horizonte se torna celeste.